Jasmin Singh*

Después de ganar dos elecciones con sus promesas migratorias, el plan de Donald Trump para este 2025 presenta dos cambios que pueden impactar a la economía mexicana, de no cumplirse sus peticiones migratorias: un programa de deportación de 130,000 millones de dólares enfocado en 12 millones de inmigrantes indocumentados y una tarifa del 25% en las exportaciones provenientes de México.

De muro fronterizo a política interior

Durante su primer mandato, Trump se enfocó en construir un muro en la frontera de México con Estados unidos. Prometió que México lo financiaría y que su experiencia en bienes raíces iba a asegurar el éxito de este proyecto. Lo que sucedió en realidad, es que solo se construyó una parte muy pequeña del muro y se financió con el presupuesto del ejército estadounidense.

Ahora, Trump ya no hace referencia al muro fronterizo y ha cambiado su enfoque al cumplimiento interno de la ley, por medio de deportaciones masivas de los 12 millones de inmigrantes indocumentados que viven actualmente en los Estados Unidos. Trump prometió deportar 12 millones de inmigrantes durante su primer mandato, aunque la cifra real fue de 1.5 millones. Para poner esto en perspectiva, Obama deporto 2.9 millones de inmigrantes durante su primer mandato. El 70% de los 1.5 millones de inmigrantes que deportó Trump fueron enviados a México, lo que afectó los recursos locales de los estados fronterizos. 

Repercusiones económicas

Trump aseguró que llevará a cabo deportaciones masivas desde su primer día en el gobierno, pero no ha dado información de cómo se financiarán estas deportaciones. El Servicio de Control y Aduanas de los Estados Unidos informó que los costos de deportación son de 10,854 dólares por persona, lo que multiplicado por 12 millones asciende a 130,000 millones de dólares estadounidenses. El aspecto económico de las deportaciones masivas plantea serias dudas sobre su viabilidad.

El gobierno de Obama demostró una capacidad más alta de deportación. El nuevo plan de Trump enfrenta un desafío único: que países como Cuba y Venezuela se nieguen a aceptar vuelos de deportación. Los comentarios de la presidenta Sheinbaum sobre la posibilidad de aceptar a personas deportadas que no sean ciudadanos mexicanos puede representar un cambio significativo en las políticas bilaterales migratorias.

Este posible acuerdo puede posicionar a México como un centro estratégico migratorio, aunque genera inquietudes económicas. El sistema migratorio de México está teniendo dificultades para manejar su flujo actual de inmigración, ya que sufrió una reducción del 70% de su presupuesto en 2024.

Implicaciones comerciales 

La estrategia arancelaria propuesta por Trump refleja su enfoque de 2019, cuando amenazó a México con incrementar los aranceles a menos que se redujera la inmigración. Actualmente, está sugiriendo una tarifa inicial del 25%, significativamente más alta que el 5% que proponía en 2019. Esto representa un importante desafío financiero: México exporta más del 80% de sus productos a los Estados Unidos, lo que en 2023 representó 493 mil millones de dólares. Una tarifa arancelaria del 25% puede afectar enormemente sectores claves como el automotriz, la agricultura y la manufactura, e incrementaría la volatilidad del peso. 

El cambio de muro fronterizo a consecuencias económicas demuestra la complejidad de la política migratoria entre los países que comparten el cruce fronterizo más transitado del mundo. Sin duda, estas políticas afectarán a ambos países y remodelarán el comercio y el mercado laboral en ambos lados de la frontera.

*Jasmin Singh es abogada de inmigración, radicada en Estados Unidos, especializada en leyes de inmigración.

LinkedIn: Jasmin Singh

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