Durante los primeros años de este siglo, en Brasil hubo un programa social catalogado como exitoso por la disminución de la pobreza, que se denominó Hambre Cero, a través de una política positiva, que a ese país regresó con el nuevo periodo del creador de esa iniciativa, el Presidente Lula. 

Y hablando de números absolutos y definitorios, en Veracruz podríamos evocar esa hambre cero brasileña y afirmar que el “cero” parece ser lo que caracterizaría a la eficiencia del gobierno de Rocío Nahle en este su primer año de gestión.

A cuatro meses de presentar los primeros resultados oficiales en su Primer Informe de Gobierno que será en noviembre, salvo lo excesivo de sus festivales buenos, regulares y malos, para distraer y malgastar el presupuesto y poner de moda a Veracruz,  en los demás aspectos nada sobresale, iniciando con la pobreza de números en lo relativo a la obra pública, o también con el descuido y mala atención a la producción agropecuaria que se está cayendo como en Sinaloa, o también en la pésima gestión de la seguridad pública, expuesta en el tema de las extorsiones, provocación de incendios a negocios, feminicidios, desapariciones de personas, entre otros. 

Ya ni hablar de desarrollo social, de protección civil, de salud, educación, y las demás áreas, donde se demuestra que el personal y los jefes resultan demasiado costosos, al no dar ningún resultado notable y digno de comentarse.

Lo más delicado de todo es el poco interés en gobernar con eficacia, la poca sensibilidad, simpatía y empatía que Rocío Nahle muestra hacia la problemática veracruzana, aspecto que la gobernante visibiliza día tras día ante la opinión pública y la población que observa incrédula.

Este lamentable estado de cosas necesariamente hará crecer la oposición al gobierno y a su partido, oposición que tendrá caras que muestran los mismos colores guindas, y del otro lado, caras que andan lejos del oficialismo corruptor.

Y seguramente la oposición real jugará cartas distintas y que no puedan ser identificadas y cooptadas o amenazadas. Sólo así funcionarían. 

Se duda mucho que el morenismo consiga un tercer periodo consecutivo, con las fallas consecutivas, persistentes y sin castigo de Cuitláhuac y Nahle. 

Habrá que ver cómo la juegan personajes como Ricardo Ahued y Manuel Huerta dentro de Morena, o Pepe Yunes y Americo Zúñiga dentro del PRI, o algún actor importante del PAN, ahora de cabeza, sin considerar a los Yunes traidores del estero y a las comparsas obradoristas franquiciatarias del movimiento ciudadano y del partido verde pastel. 

En este instante la eficiencia del gobierno de Rocío Nahle sólo la conocen ella y su caudal de aduladores, como es un hecho que del bando opositor, su estrategia sólo la conocen los valedores que aspiran a encabezar  la lucha por los votos de Veracruz en 2030.

Lo que sí es cierto, es que por todos lados, de arriba abajo lo que se aprecia con grandes letras fosforescentes es una ya larga Credibilidad Cero. 

Pero la gente se aferra en creer en algo o en alguien. Es ley de Vida.  

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