Las olas de calor son, por detrás de la contaminación, el segundo factor ambiental que más influye en la morbimortalidad en España (tasa de muertes por enfermedad en un tiempo determinado). De hecho, son las responsables del 9 % del impacto ambiental en la salud.

Este impacto de la contaminación y las olas de calor lo constata el informe “Influencia del medioambiente urbano en la salud de las personas”, elaborado por el Instituto de Biodiversidad y Medioambiente BIOMA, en el marco de la Cátedra Sanitas de Salud y Medioambiente de la Universidad de Navarra.

Nueva ola de calor

Esta semana España vive una nueva ola de calor, que se prolongará como mínimo hasta el próximo domingo y que ya se ha cobrado una víctima mortal: un hombre de 85 años en la localidad pacense de Torremayor.

Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en algunas estaciones de las provincias de Badajoz y Ciudad Real se alcanzaron el pasado domingo los 43,5 grados.

Análisis de varios parámetros ambientales

El documento del BIOMA analiza la influencia de ocho parámetros ambientales urbanos (calidad del aire, temperaturas extremas, zonas verdes, movilidad urbana, agua, contaminación acústica, contaminación lumínica, y seguridad urbana) y cómo afectan a la salud de la población.

De esta forma, los investigadores que han impulsado el estudio han creado un índice denominado ‘Harmony’ (Health and Risk Monitoring of Urban Environments) para conocer el impacto ponderado que tienen tanto la calidad del aire y las temperaturas extremas, como la presencia de zonas verdes y la existencia de planes de movilidad sostenible sobre la salud de las personas.

Según este índice, más de 28.200 casos de muerte y enfermedad en España podrían estar asociados a la interacción de esos cuatro factores.

La contaminación del aire destaca como la causa principal, con un 89 % del índice ‘Harmony’, seguido de las olas de calor, que tienen un impacto en la morbimortalidad en España del 9%.

El estudio indica sobre la morbilidad, que el índice de los factores calidad del aire y olas de calor alcanza el 44 % y el 47 % respectivamente, por lo que incide en la importancia de abordar ambos en la planificación urbana.

Las consecuencias en el organismo

Según la vicepresidenta de la Fundación de Investigación e Innovación de Sanitas, Sonia Gutiérrez, el calor extremo afecta directamente a las personas que tienen enfermedades crónicas como diabetes u otras patologías respiratorias y cardiovasculares.

Pero no solo eso, las tempetaturas extremas que se dan en las olas de calor pueden provocar episodios graves para la salud como fallo renal agudo, alteraciones neurológicas y complicaciones musculares como la rabdomiólisis.

“La clave está en cómo el organismo, al no poder regular su temperatura interna, entra en un estado de inflamación generalizada que compromete el funcionamiento de órganos vitales”, explica Gutiérrez.

“Isla de calor urbana”

Son las zonas urbanas con alta densidad de infraestructuras las más golpeadas por los efectos de las olas de calor, porque absorben y retienen el calor durante el día y lo liberan por la noche, con lo que las temperaturas nocturnas no bajan lo suficiente.

Esto se traduce en un fenómeno conocido como “isla de calor urbana”, que “agrava la exposición de la población al calor continuo y aumenta el riesgo de complicaciones para la salud”, tal y como señala la investigadora del BIOMA, Ana Sánchez-Ostiz.

Consejos para combatir el calor

Con este panorama, los expertos de Sanitas han elaborado una serie de recomendaciones para minimizar el impacto de las olas de calor:

  • Mantener una humedad adecuada: usar humidificadores puede facilitar la respiración y mitigar la sequedad en las mucosas.
  • Acondicionar el hogar: cerrar persianas en las horas de máxima exposición solar o usar colores claros en paredes y cortinas para reflejar el calor.
  • Evitar el ejercicio físico intenso: especialmente durante las horas de más calor, porque aumenta el esfuerzo del sistema respiratorio y eleva el riesgo de deshidratación, fatiga y afecciones cardiovasculares.
  • Prestar atención a los síntomas del golpe de calor: fiebre elevada, piel seca, sensación de agotamiento, dificultad para respirar, mareos o confusión son los signos característicos de esta afección.

En caso de detectar alguno de ellos, es fundamental acudir a los servicios de atención médica.

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