José Luis Lima Franco, ex Secretario de Finanzas del estado de Veracruz, prometió lo que no cumplió y mintió con cifras que jamás existieron. Durante su gestión, en el gobierno gris del morenista Cuitláhuac García, declaró públicamente haber reducido la deuda pública estatal en más de 20 mil millones de pesos, pero esa cifra fue falsa. Los informes financieros desmienten su versión: la deuda no disminuyó como él afirmó, y en varios aspectos, incluso aumentó.
Esta no fue una simple exageración política. Fue un intento deliberado de maquillar una realidad económica frágil, en un estado que lleva años arrastrando crisis por malas administraciones. Lima Franco, lejos de ofrecer soluciones reales, construyó un discurso mediático para encubrir su incapacidad técnica y falta de transparencia.
Pero lo más grave no es su mentira. Lo verdaderamente escandaloso es lo que vino después.
En lugar de ser investigado, sancionado o al menos apartado del servicio público, José Luis Lima Franco ha sido premiado con la dirección del Instituto para el Desarrollo Técnico de las Haciendas Públicas Estatales y Municipales (INDETEC), un organismo clave para el fortalecimiento fiscal de gobiernos locales, dependiente de la Secretaria de Hacienda en el gobierno de Claudia Sheinbaum.
Este nombramiento no solo resulta inaceptable: es una afrenta directa a los ciudadanos de Veracruz y a todos los mexicanos que siguen esperando el cambio prometido por los gobiernos morenistas en la forma de gobernar. Poner al frente de un instituto técnico de haciendas a alguien que mintió sobre el estado financiero de un gobierno estatal es un acto de absoluta irresponsabilidad política.
¿Qué clase de mensaje envía esta decisión?
Que en México, aún con un nuevo gobierno federal, sigue vigente la lógica del premio al fracaso, del olvido al pasado reciente, y del reciclaje de funcionarios que ya demostraron su falta de ética.
José Luis Lima Franco no representa la técnica ni el mérito: representa el viejo modelo de la simulación disfrazada de eficiencia.
Veracruz no olvida su gestión, y ahora México entero debería estar atento.










