Habitantes acusan al gobierno de Rocío Nahle de reaccionar tarde ante alertas de Conagua; expertos señalan años de abandono en obras hidráulicas.

Las intensas lluvias registradas en el norte de Veracruz provocaron el desbordamiento del río Cazones y severas inundaciones en Poza Rica, donde al menos 15 personas han perdido la vida, decenas permanecen desaparecidas y cientos de familias resultaron damnificadas.

De acuerdo con reportes del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), la magnitud del desastre no puede atribuirse solo al fenómeno meteorológico, sino también a años de negligencia institucional y obras inconclusas que debieron prevenir el desbordamiento del afluente.

“Estas tragedias son el resultado de una falta de planeación y mantenimiento de infraestructura hidráulica básica”, señala el organismo.

Las críticas se han centrado en el gobierno de Rocío Nahle, quien enfrenta reclamos por acciones preventivas tardías y falta de coordinación durante la emergencia. Según una investigación de El País, el gobierno estatal pidió a la población acudir a los refugios siete horas después de que la Conagua emitiera la alerta por lluvias torrenciales, un retraso que pudo haber costado vidas.

A ello se suman denuncias sobre la ausencia de un seguro catastrófico vigente, lo que ha dejado a los municipios sin respaldo financiero para atender los daños materiales.

Durante su recorrido por las zonas afectadas, la gobernadora Nahle rechazó que existan fallas en Protección Civil y aseguró que las alertas sí se emitieron. No obstante, habitantes de colonias como Morelos, Palma Sola y Flores Magón aseguran que el aviso llegó “demasiado tarde”.

“Nos agarró el agua dormidos, nadie vino a avisar, todo fue muy rápido”, dijo a medios locales una vecina de la colonia Morelos.

Mientras tanto, los trabajos de limpieza y entrega de apoyos continúan entre reclamos ciudadanos por la falta de ayuda inmediata. Diversas organizaciones sociales exigen una auditoría a las obras hidráulicas inconclusas y un plan de mitigación integral que impida que tragedias como esta se repitan cada temporada de lluvias.

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