Murugan Anandarajan*
La consultora Accenture despidió, recientemente, a 11,000 empleados mientras ampliaba sus esfuerzos para capacitar a su personal en el uso de la inteligencia artificial (IA). Esto es un claro recordatorio de que la misma tecnología que impulsa la eficiencia también está redefiniendo lo que se necesita para conservar un empleo.
Y Accenture no está solo. IBM ya reemplazó cientos de puestos con sistemas de IA, a la vez que creó nuevos empleos en ventas y marketing. Amazon recortó personal al mismo tiempo que expandía sus equipos de desarrollo y gestión de herramientas de IA. En todos los sectores, desde la banca hasta los hospitales y las empresas creativas, tanto trabajadores como directivos intentan comprender qué puestos desaparecerán, cuáles evolucionarán y cuáles surgirán.
Investigo y enseño en la Facultad de Negocios LeBow de la Universidad de Drexel, donde estudio cómo la tecnología transforma el trabajo y la toma de decisiones. Mis estudiantes a menudo me preguntan cómo pueden mantener su empleabilidad en la era de la IA.
Los ejecutivos me preguntan cómo generar confianza en una tecnología que parece evolucionar más rápido de lo que las personas se adaptan. En definitiva, ambos grupos se cuestionan lo mismo: ¿Qué habilidades son más importantes en una economía donde las máquinas pueden aprender?
Para responder a esta pregunta, analicé datos de dos encuestas que mis colegas y yo realizamos este verano. En la primera, la Encuesta sobre “Integridad de Datos y Preparación para la IA”, preguntamos a 550 empresas de todo el país cómo utilizan e invierten en IA.
En la segunda, la Encuesta sobre Perspectivas de Contratación Universitaria, analizamos cómo 470 empleadores percibían la contratación de personal de nivel inicial, el desarrollo de la fuerza laboral y las habilidades en IA de los candidatos. Estos estudios muestran ambos lados de la ecuación: quienes desarrollan la IA y quienes aprenden a usarla.
La IA está en todas partes, pero ¿está la gente preparada?
Más de la mitad de las organizaciones nos informaron que la IA impulsa su toma de decisiones diaria; sin embargo, solo el 38% considera que sus empleados están completamente preparados para usarla. Esta brecha está transformando el mercado laboral actual. La IA no solo está reemplazando a los trabajadores, sino que también está revelando quién está listo para trabajar con ella.
Nuestros datos también muestran una contradicción. Aunque muchas empresas dependen de la IA internamente, solo el 27% de los reclutadores afirma sentirse cómodo con que los solicitantes utilicen herramientas de IA para tareas como redactar currículums o investigar rangos salariales.
En otras palabras, las mismas herramientas en las que las empresas confían para tomar decisiones comerciales aún generan dudas cuando quienes buscan empleo las usan para progresar profesionalmente. Hasta que esta perspectiva cambie, incluso los trabajadores cualificados seguirán recibiendo mensajes contradictorios sobre el verdadero significado del “uso responsable de la IA”.
En la Encuesta sobre Integridad de Datos y Preparación para la IA, esta brecha de preparación se evidenció con mayor claridad en los puestos operativos y de atención al cliente, como marketing y ventas. Estas son las mismas áreas donde la automatización avanza rápidamente, y los despidos tienden a ocurrir cuando la tecnología evoluciona más rápido de lo que las personas pueden adaptarse.
Al mismo tiempo, descubrimos que muchos empleadores no han actualizado sus requisitos de titulación o credenciales. Siguen contratando según los currículums de ayer, mientras que el trabajo del mañana exige dominio de la IA. El problema no es que la IA esté reemplazando a las personas, sino que la tecnología evoluciona a un ritmo más rápido que la capacidad de adaptación de la mayoría de los trabajadores.
Fluidez y confianza: los verdaderos fundamentos de la adaptabilidad
Nuestra investigación sugiere que las habilidades más estrechamente relacionadas con la adaptabilidad comparten un denominador común: lo que llamo fluidez humano-IA. Esto implica ser capaz de trabajar con sistemas inteligentes, cuestionar sus resultados y seguir aprendiendo a medida que las cosas cambian.
En las empresas, los mayores desafíos residen en expandir la IA, garantizar el cumplimiento de los estándares éticos y regulatorios, y conectar la IA con los objetivos empresariales reales. Estos obstáculos no tienen que ver con la programación, sino con el buen juicio.
En mis clases, enfatizo que el futuro favorecerá a las personas capaces de convertir los resultados de las máquinas en información humana útil. A esto lo llamo bilingüismo digital: la capacidad de manejar con fluidez tanto el juicio humano como la lógica de las máquinas.
Lo que los expertos en gestión denominan reskilling (o el aprendizaje de nuevas habilidades para adaptarse a un nuevo puesto o a cambios importantes en uno anterior) funciona mejor cuando las personas se sienten seguras para aprender. En nuestra Encuesta sobre Integridad de Datos y Preparación para la IA, las organizaciones con una gobernanza sólida y un alto nivel de confianza mostraron casi el doble de probabilidades de reportar mejoras en rendimiento e innovación.
Los datos sugieren que cuando las personas confían en sus líderes y sistemas, están más dispuestas a experimentar y aprender de los errores. De esta manera, la confianza transforma la tecnología de algo a lo que temer en algo de lo que aprender, brindando a los empleados la confianza necesaria para adaptarse.
De acuerdo con la “Encuesta de Perspectivas de Contratación Universitaria”, aproximadamente el 86% de los empleadores ofrece actualmente capacitación interna o campamentos de entrenamiento en línea; sin embargo, solo el 36% afirma que las habilidades relacionadas con la IA son importantes para los puestos de nivel inicial. La mayor parte de la capacitación aún se centra en las habilidades tradicionales, en lugar de las necesarias para los nuevos empleos impulsados por la IA.
Las empresas más exitosas integran el aprendizaje en su trabajo. Incorporan oportunidades de aprendizaje en proyectos reales y animan a los empleados a experimentar. A menudo recuerdo a los líderes que el objetivo no es solo capacitar a las personas para usar la IA, sino ayudarlas a pensar junto con ella. Así es como la confianza se convierte en la base del crecimiento y cómo la capacitación contribuye a la retención de empleados.
Las nuevas reglas de contratación para obtener un empleo
En mi opinión, las empresas líderes en IA no solo están recortando empleos, sino que los están redefiniendo. Para tener éxito, creo que las organizaciones necesitarán contratar personas capaces de conectar la tecnología con el buen juicio, cuestionar lo que produce la IA, explicarlo con claridad y convertirlo en valor comercial.
En las empresas que implementan la IA con mayor eficacia, la contratación ya no se limita a los currículums. Lo importante es cómo las personas aplican rasgos como la curiosidad y el criterio a las herramientas inteligentes. Creo que estas tendencias están dando lugar a nuevos roles híbridos, como los traductores de IA, que ayudan a los responsables de la toma de decisiones a comprender el significado de los conocimientos derivados de la IA y cómo aplicarlos, y los coaches digitales, que enseñan a los equipos a trabajar con sistemas inteligentes.
Cada uno de estos roles conecta el criterio humano con la inteligencia artificial, lo que demuestra cómo los empleos del futuro combinarán las habilidades técnicas con el conocimiento humano.
Esa combinación de criterio y adaptabilidad es la nueva ventaja competitiva. El futuro no solo recompensará a los trabajadores más técnicos, sino también a quienes puedan convertir la inteligencia —humana o artificial— en valor real.
*Murugan Anandarajan es Profesor de Ciencias de la Decisión y Sistemas de Información de Gestión, Universidad de Drexel
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation










