El escritor Hugo Gonçalves, autor de la novela ‘Revolución’ (Libros del Asteroide), que narra la convulsa transición democrática de Portugal y que ha sido calificada como el ‘Patria’ portugués, sostiene que la desinformación es el mayor reto de las nuevas generaciones y que las redes sociales son “increíbles fábricas de miedo y rabia”.
La novela, una odisea familiar que transcurre entre los últimos coletazos de la dictadura, la Revolución de los Claveles y la llegada de la democracia, ha sido un éxito en Portugal; pero a Gonçalves le interesaba, más que nada, llegar a esos jóvenes que hoy, por “pura ignorancia”, se atreven a decir que en tiempos de Salazar se vivía mejor.
Periodista además de escritor -ha sido corresponsal en Madrid, Nueva York y Río de Janeiro-, Gonçalves invita a revisar los datos y hechos de la época: una elevada mortalidad infantil, un 1% de población universitaria frente al 25% actual, la discriminación sistemática de la mujer en la esfera pública, la pobreza o el millón de emigrantes que salieron del país entre 1965 y 1974.
“La desinformación es el gran desafío de las nuevas generaciones”, subraya, “en las redes sociales la gente no sabe distinguir entre un post de Facebook y un artículo del New York Times, o entre la opinión de un científico que lleva 20 años estudiando algo con lo que dice mi primo sobre la polémica del día”.
Desmitificar la Revolución de los Claveles
“Revolución” es una saga familiar que contempla la familia “como un ser vivo en constante mutación”, el cosmos inicial donde se forja la identidad y los traumas, un lugar de proximidad pero también de incomprensión y todo ello en un momento muy convulso de la historia.
“Todo ese proceso en Portugal fue violento, más violento de lo que la gente se imagina”, ha subrayado en referencia a los meses que siguieron a la salida de los tanques a las calles, el llamado Proceso Revolucionario en Curso, un periodo en el que el país estuvo al borde de una guerra civil.
La mitificación de la Revolución de los Claveles como símbolo de libertad, dice Gonçalves, ha hecho que a menudo se olviden otros aspectos de la misma. “Mi generación crecimos con un filtro ideológico, pensando que había sido una revolución de izquierdas, pero la revolución fue un golpe militar que resultó en el fin de una dictadura de 48 años que hizo un daño tremendo a los portugueses”.
El escritor recuerda que el año pasado, durante la celebración en las calles del 50 aniversario, había “gente de derechas y de izquierdas, jóvenes y mayores”, algo que interpreta como “una señal esperanzadora en tiempos en que la democracia está amenazada por fenómenos de radicalismo”.
Contra la radicalización, apela a la lectura, un “búnker donde protegerse del ruido” de un mundo devorado por las pantallas. “Es imposible ignorar que podemos pasar 8 o 10 horas al día frente a las pantallas, el mundo que llamábamos virtual es el real y eso cambia la manera de estar y ver el mundo”.
“La lectura es una de las herramientas más eficaces para que no te dejes contaminar por la rabia y el miedo, una manera de resistir a esa ola de odio y miedo tan perjudicial para la democracia”, afirma.
‘Revolución’ también invita a reflexionar sobre la fragilidad de la democracia y el esfuerzo que costó implementarla. “La democracia no es algo que llega en una cajita, la enchufas y ya está”, ironiza, “y va más allá de la libertad de expresión y el voto, democracia es también el derecho a jubilarte y recibir algún dinero para que puedas ser libre, ir a un hospital si estás enfermo o poder estudiar”.










