Los párpados son las persianas de los ojos, cuando los cerramos por completo llega el sueño. Pero son unas persianas intermitentes, que abrimos y cerramos cada segundo para proteger a los ojos de agentes externos y lubricarlos con la película lagrimal. Cuidarlos, previene enfermedades.
La edad y determinadas enfermedades pueden alterar la funcionalidad, la movilidad y la posición de los párpados y eso repercute en la salud visual.
Según la Sociedad Española de Oftalmología, esas pequeñas persianas, superior e inferior, están constituidas por piel, músculos, tejido fibroso, diferentes glándulas y mucosa. Pero también por las pestañas, en primera línea para defender al globo ocular de cualquier amenaza del exterior.
Higiene diaria de los párpados, retirar los cosméticos con productos específicos, hidratarlos correctamente, aplicar calor suave que ayude a desobstruir las glándulas, lavarse las manos antes de tocar los ojos para evitar infecciones y protegerse de sol, son las principales pautas para el cuidado.
Las afecciones más frecuentes que sufren los párpados
Esa composición tan compleja hace que los párpados, de piel fina, continua movilidad y con la función lagrimal activa, sean delicados y sufran afecciones de forma cotidiana.
El orzuelo, el chalazión y la blefaritis son los trastornos más frecuentes de los párpados en las consultas de Atención Primaria, según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria que considera fundamental instruir al paciente sobre una correcta higiene palpebral con el fin de que las distintas glándulas no se obstruyan.
- Orzuelo: Es un bulto o forúnculo doloroso causado por una infección bacteriana en las glándulas de Zeiss, que segregan lípidos que contribuyen a la lubricación del margen del párpado y las pestañas.Puede ser externo o interno y más frecuente en el párpado superior. Aplicar calor en la zona y antibiótico.
- Chalazión: Es otro tipo de bulto en el párpado pero, a diferencia del orzuelo, suele ser de mayor tamaño y no presenta dolor. Se produce en las glándulas de Meibomio, encargadas de secretar el componente graso de la película lagrimal.
- Blefaritis: Inflamación crónica de los márgenes de los párpados y es una de las causas más comunes de irritación relacionada con diversos factores, desde infecciones bacterianas hasta disfunciones en las glándulas sebáceas.
Otras disfunciones
Además, los párpados pueden sufrir otras alteraciones morfológicas que puede corregir la cirugía, la llamada oculoplastia, que va más allá de una intervención estética, según el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, ya que es una cirugía reconstructiva y funcional de los párpados, mejillas, cejas, la órbita y las vías lagrimales.
“Un párpado que no cierra correctamente o que cae sobre la pupila puede causar sensación de presión o fatiga ocular, campo visual reducido o incluso lesiones corneales. Corregirlo no solo mejora la apariencia, sino que protege la vista”, explica el oftalmólogo Carlos Fernández-Vega en un comunicado.
Estas intervenciones van desde la corrección de párpados caídos, la ptosis, hasta la reparación de malposiciones como el ectropión, cuando el párpado se gira hacia afuera, o el entropión (cuando las pestañas rozan la córnea).
También incluye cirugías reconstructivas tras tumores o traumatismos, la colocación de injertos, colgajos o implantes para mejorar el cierre palpebral y procedimientos de cirugía estética sobre párpados mejillas y cejas para mejorar la apertura visual y la armonía facial.
Gracias a las técnicas actuales, muchas de estas cirugías se realizan de forma ambulatoria, con anestesia local o sedación y recuperaciones rápidas.
El uso de materiales autólogos o biocompatibles, la incorporación de láseres y tecnología endoscópica y una planificación quirúrgica cada vez más personalizada permiten resultados más precisos y naturales, tanto en pacientes que buscan mejorar su función ocular como en aquellos que desean armonizar su expresión facial.










