El Primer Informe de Gobierno de Rocío Nahle llegó acompañado de cifras que, a primera vista, describen un Veracruz en franca recuperación: reducción del pasivo estatal en 42%, liquidación de casi 30 mil millones con el SAT, disminución del adeudo con el ISSSTE y más de 4,380 millones de dólares en inversiones en curso.
Pero más allá del despliegue de “amarraditos” en Plaza Lerdo, el mensaje gubernamental debe analizarse en dos planos: lo que afirman las cifras y lo que ocultan, así como la estrategia de comunicación diseñada para convertir estas afirmaciones en una verdad oficial inamovible.
Porque en el debate político veracruzano se afirma abiertamente que la narrativa gubernamental se sostiene menos en los datos duros y más en un aparato de comunicación que opera sin pausa: prensa con convenios oficiales, radio alineada y una constelación de comunicadores digitales cuya independencia es, por decir lo menos, discutida, dudosa.
Y en este contexto, también se ha vuelto recurrente una crítica más amplia: que los gobiernos de Morena han normalizado la contradicción entre discurso y realidad, una percepción que coloca a Veracruz como uno de los estados donde la narrativa oficial se ha vuelto más intensa.
Rocío Nahle, en ese sentido, arrastra la herencia discursiva de su mentor político: el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien convirtió la frase “yo tengo otros datos” en una marca registrada de su estilo de gobierno.
Una frase que, para sus críticos, se resume en un arte: el arte de gobernar con verdades alternativas.
1. El saldo financiero: logros contables sin claridad estructural
La reducción de la deuda de 119 mil a 69 mil millones de pesos puede considerarse notable. Sin embargo:
- No se detallan las fuentes de financiamiento para pagar casi 30 mil millones al SAT.
- No se revela el convenio exacto para la reducción del adeudo con el ISSSTE.
- La reestructuración bancaria es marginal frente al tamaño total del pasivo.
Los números existen; la transparencia y explicación completa no.
2. El boom de inversiones: anuncios reales, impactos por verificarse
Varias inversiones anunciadas corresponden a expansiones previas o decisiones corporativas tomadas con anterioridad al actual gobierno. Los empleos permanentes tardarán en materializarse y la distribución geográfica del crecimiento sigue siendo desigual.
La retórica es expansiva; la evidencia, aún incompleta.
3. El gasto social, la zona opaca del informe
No se detallan posibles ajustes en:
- salud,
- educación,
- inversión municipal,
- infraestructura,
- programas de prevención del delito.
Sin conocer estos efectos, el “saneamiento” podría ser un adelgazamiento del Estado con costos poco visibles.
4. Gobernanza y riesgos: lo que el informe no discute
Veracruz sigue enfrentando:
- dependencia de ingresos no recurrentes
- tensión ambiental por megaproyectos
- pobreza y marginación
- presiones crecientes en nómina y pensiones
- inseguridad
- corrupción
- falta de medicamentos
- nepotismo
- acoso laboral
- ineficiencia e incapacidad gubernamental
Un año de cifras optimistas no resuelve décadas de rezagos estructurales.
5. Veracruz: un Estado que comunica a gritos lo que no puede demostrar en silencio
El gobierno de Nahle ha apostado por un modelo de comunicación. Tres pilares lo sostienen:
1. Medios tradicionales dependientes de convenios publicitarios, que replican sin fricción el discurso oficial.
2. Radio local alineada a la línea gubernamental, con espacios donde el análisis crítico es prácticamente inexistente.
3. Una red de “periodistas” y creadores de contenido en redes sociales, muchos de ellos con vínculos directos o indirectos con recursos públicos.
En ese ecosistema, la narrativa oficial no solo se difunde: se impone, desplazando versiones independientes y creando la ilusión de unanimidad.
Y ahí es donde emerge la crítica más dura: la mentira -o, más precisamente, la verdad selectiva- se ha vuelto un recurso de gobierno en la era Morena.
Veracruz no solo reproduce ese patrón: lo potencia. Y no es extraño porque Rocío Nahle proviene de la escuela política de López Obrador, donde el dato oficial no compite con la evidencia: compite con la narrativa.
Y en esa competencia, la frase “otros datos” dejó de ser una defensa retórica para convertirse en un método.
Si todo lo que se dijo en el informe fuera cierto, Veracruz habría descubierto la fórmula perfecta: pagar deudas históricas, atraer miles de millones y encima presumir que nada costó sacrificio alguno. Un fenómeno digno de manual.
Pero si algo falla, no hay problema: para eso está el ejército de amplificadores oficiales, listo para recordarnos que el gobierno siempre tiene otros datos, y si es necesario, también otros ‘periodistas’.
Porque en Veracruz ya no se sabe qué avanza más rápido: la economía prometida o la capacidad del gobierno para inventarla.










