Xalapa (SPI).- Alcaldes, diputados y dirigentes del PAN y PRD que tomaron Casa Veracruz, la residencia oficial de los gobernadores, denunciaron un saqueode muebles, cuadros, joyería, hasta colchones.

La toma de la residencia oficial del Gobernador por parte de alcaldes que exigen pago de recursos federales, puso al descubierto el desmantelamiento de este recinto que en otros tiempos fue admirado por su menage.

En Casa Veracruz hasta las pantallas de televisión desaparecieron, de las obras pictóricas que fueron regaladas por varios artistas solo quedan los clavos de los cuales colgaban.

El lugar en donde el ex gobernador y prófugo de la justicia, Javier Duarte de Ochoa y su familia habitaban, fue prácticamente saqueado y ahora sólo son visibles los muebles viejos, oxidados, roídos, que decidieron dejar.

En el comedor aún es posible observar la vajilla “oficial”, con el escudo de Veracruz en porcelana blanca y acompañada de cubiertos de plata y finas copas de cristal.

Los magníficos candelabros aún cuelgan del techo y hacen un contraste extraño con los muebles roídos abandonados por los ex inquilinos.

En los jardines las orquídeas, conejos y pavorreales son muestra del lujo con el que vivía el ex mandatario hoy buscado por la Procuraduría General de la República (PGR), pues la hermosura de sus jardines contrasta con las pequeñas viviendas que se ubican cerca de la colonia 2 de Abril.

Al final del jardín se divisa una palapa habilitada como desayunador para la familia; el sonido de las aves invita a disfrutar de este lugar. Un columpio inmóvil en espera de ser usado, cuelga de un árbol frondoso.

Apenas la barda perimetral pone distancia entre este que alguna vez fue el hogar de Duarte de Ochoa y que ahora es el lugar en donde los alcaldes panistas y perredistas mantienen su campamento, y sus vecinos.

En un anexo de Casa Veracruz se encuentra una sala de cine habilitada con la más moderna tecnología de sonido, una pantalla grande, butacas cómodas y hasta una máquina de palomitas que dejaron olvidada. La cabina de proyección y los baños, son parte de la estructura.

En un espacio aledaño queda la madera que sostenía a cientos de vinos que también desaparecieron; la cava del ex mandatario estaba constituida por cientos de botellas de las cuales sólo queda el polvo.

Mientras los alcaldes esperan dentro del recinto, sus huestes aguantan el frío en las banquetas, se juntan debajo de una carpa blanca instalada como comedor, en donde han llegado tacos de barbacoa y se encendió un comal para calentar tortillas a mano.

La espera por los 2 mil 300 millones de pesos que les deben a los Ayuntamientos panistas y perredistas es larga, y la esperanza de que aparezca el gobernador interino Flavino Ríos Alvarado se desnavece al saber de su intención de “gobernar” desde su domicilio particular.

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