El escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia, quien es reconocido como un humorista excepcional que utilizaba la ironía en sus historias para mover a la risa y a la crítica social, murió el 27 de noviembre de 1983.

A 33 años de su deceso, sus textos lo convierten en uno de los autores contemporáneos más importantes en México y América Latina.

Nacido en Guanajuato, el 22 de enero de 1928, Ibargüengoitia realizó estudios de Ingeniería (1945-19439), Letras (1951-1954) y una maestría en Arte dramático en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), según cita la Secretaría de Cultura federal.

Su trabajo como dramaturgo comenzó en 1954 y durante una década presentó piezas como “Susana y los jóvenes”, “Ante varias esfinges”, “El atentado”, “Clotilde el viaje y el pájaro” y “La conspiración vendida”.

Posteriormente incursionó en otros géneros que le permitieron ser colaborador de “Excélsior”, donde escribió más de 600 artículos, las revistas “Universidad de México”, “Mexicana de Literatura”, “Siempre!” y “Vuelta”.

Lo anterior le valió el Premio Casa de las Américas 1963 por la obra de teatro “El atentado”, y en 1964 por la novela “Los relámpagos de agosto”, la cual versa en torno a la degradación de los jefes militares de la Revolución Mexicana.

Además, ganó el Premio de Novela México 1975 por “Estas ruinas que ves”, añade el catálogo de escritores del sitio de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes.

La vida del escritor mexicano se conoce poco, pues a pesar de que sus textos son bastos, no existen muchos referentes sobre su vida y viajes, señala Cristina Secci en su texto “Rompecabezas: vida y obra de Jorge Ibargüengoitia.

Para Vicente Leñero, sus obras son piezas hechas por una persona siempre crítica, sarcástica, lúdica y con “una mirada muy irónica para todo”, que examinaba a la sociedad, la realidad y las autoridades, principalmente cuando retomaba la historia de México.

“Mirar el pasado con ojos nuevos”, como lo explica Leñero, era la tarea que seguía con fervor como un hombre original que contaba y recuperaba el habla común basada en historias interesantes.

Ibargüengoitia falleció el 27 de noviembre de 1983, en Madrid, España, tras dejar un legado importante para las letras mexicanas con su peculiar estilo narrativo.

También son suyas obras como “Sálvese quien pueda”, “La ley de Herodes” (1967) y “Dos crímenes” (1979), de las últimas dos se cuenta con versión cinematográfica.

Notimex

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