En Cuba no se rendirá culto desmedido a la figura de Fidel Castro. No habrá monumentos, calles, parques, nada nombrado en honor al líder histórico de la Revolución cubana.
“El líder de la Revolución rechazaba cualquier manifestación de culto a la personalidad y fue consecuente con esa actitud hasta las útlima hora”, explicó el Presidente de la Isla, Raúl Castro, en el último discurso de despedida a su hermano.
El Mandatario dijo, ante una multitud, reunida en la Plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba, que la Asamblea Nacional tramitará una ley prohibiendo que se nombren “calles, instituciones, parques u otros sitios públicos, o se levanten estatuas u otro tipo de tributos” en honor del líder.
Fidel Castro nunca permitió que se utilizara su nombre en lugares públicos o edificaciones.
El Mandatario cubano, además, agradeció a los cientos de miles de personas que han mostrado su cariño ante la caravana que recorrió Cuba con las cenizas del líder fallecido.
“Reitero el agradecimiento más profundo por las incontables muestras de afecto y respeto a Fidel, sus ideas y sus obras”, dijo.
Y recordó que Cuba debía seguir luchando, porque, como siempre dijo Fidel, “sí se puede”.
“La enseñanza permanente de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones, si no fallece su voluntad”, recordó.
“Ese es el Fidel invicto que nos convoca con su ejemplo, y con la demostración de que sí se pudo, sí se puede y sí se podrá”.
Tras estas palabras, la gente comenzó a gritar: “Sí se puede”, al unísono.
El Presidente de la Isla terminó su alocución con la frase con la que Fidel terminaba muchos de sus discursos: ¡Hasta la victoria siempre!
Con el evento, terminó el recorrido de la caravana con los restos del líder fallecido, que durante días recorrió la Isla, y mañana será inhumado en una ceremonia privada en el histórico Cementerio de Santa Ifigenia.