“En el Ayuntamiento de Xalapa, estamos dándole vida al secreto mejor guardado de México…”, presumía hace poco el presidente municipal de la capital de Veracruz. Y es cierto, la frase es un provocativo eslogan publicitario copiado de otros estados, para promover al municipio y al alcalde de la capital veracruzana en su provechosa gestión que concluirá el 31 de diciembre del año próximo.
El día de ayer Américo Zúñiga rindió el informe de un fecundo tercer año de gobierno, ante sus entusiastas colaboradores, dirigentes de colonias populares y amigos neo empresarios-políticos, beneficiarios de contratos de obras y servicios a modo.
En estos tiempos de federalismo generoso, los abundantes recursos que el gobierno de la república entrega a los municipios en cada ejercicio fiscal, permite a sus alcaldes la posibilidad de transformarse en esforzados benefactores y dadores de obras públicas, aunque muchas veces éstas no cuenten con los requisitos de calidad y costo adecuados y empiecen a deteriorarse en el último año de gestión.
Ante el gobernador del estado, Miguel Ángel Yunes Linares, numerosos y destacados testigos de calidad, Américo informó la catarata de obras y acciones de apoyo social que ha vertido sobre las colonias y congregaciones xalapeñas que lo merecieron.
Al alcalde del circo fácil y el festival interminable, vestido de mesura y opacidad también, ayer le faltó abundar sobre el impacto económico que sufrirán los contribuyentes xalapeños por la actualización catastral de los valores de suelo, que gestionó con tanta iniciativa para aplicarse a partir de enero de 2017, con el consiguiente aumento del costo de los impuestos prediales.
Sólo cinco ayuntamientos veracruzanos actualizaron esos valores catastrales. Los otros 207 municipios del estado, mantendrán los mismos del ejercicio 2016. Esta medida se publicaba en la gaceta oficial el pasado 8 de diciembre, mientras la mayoría de los 123 mil jefes y jefas de familia de la capital del estado están preocupados porque no saben si recibirán en tiempo y forma sus sueldos y aguinaldos para medio pasar la Navidad y el fin de año con sus hijos.
Precisamente, a causa de los problemas económicos que sufre la población xalapeña, se sabe que algunas organizaciones solicitarán al gobernador su intervención ante Américo, para que esas actualizaciones catastrales no se apliquen y lesionen más la economía de las familias.
El año 2014 los xalapeños pagaron un total de 98.1 millones por concepto de impuestos a la propiedad. En 2015 el ingreso municipal subió a 126 millones de pesos. Este año no se sabe a ciencia cierta la recaudación, porque en la página del Ayuntamiento sólo hay registros hasta agosto. Si la actualización de valores catastrales de suelo para 2017, llega a aplicarse, se augura un suculento ingreso, que por cierto, no está sujeto a leyes federales.
Acaso ese incremento aprobado para 2017 origina que ya se froten algunas ambiciosas manos. No se duda, ya que por su fácil -y prácticamente nula fiscalización-, permite gastos como los de autopromoción en medios o para seguir organizando eventos y festivales mensuales y giras de la asociación de alcaldes del país.
Y si a eso se le agregan algunos centavillos provenientes del guardadito de la UPAV, pudiera deducirse de dónde salen los recursos para mantener esa “mesurada” imagen política, preámbulo de la campaña al senado o a la gubernatura priista.
Será ese el mejor secreto de Américo y de su Xalapa. ¿O habrá un secreto más interesante?
Porque ayer, Américo, de que amaba, amaba.