Jesús Lezama

A la sociedad xalapeña no le extraña la historia que está saliendo a relucir con relación a los medicamentos falsos que el gobierno duartista le compró a empresas aparentemente propiedad del señor Andrés Beceiro.

El gobernador Yunes Linares ha informado que se trató de compras por más de 109 millones de pesos que finalmente resultaron en pérdida y fraude para el gobierno, ya que en esas adquisiciones hubo falsos medicamentos oncológicos que causaron la muerte de veracruzanos enfermos de cáncer.

Mucha gente recuerda a Andrés Beceiro, que sin ser empresario, hace algunas décadas empezó a ostentarse como tal y contando con la complicidad de ciertas damas y caballeros con relaciones políticas, logró hacerse del liderazgo del Consejo Coordinador Empresarial y a dar entrevistas y conferencias para hablar como merolico de todos los temas posibles. A este señor, los verdaderos empresarios lo empezaron a conocer como “el señor voceiro”, individuo proclive a alabar a los gobernantes en turno o a atacar a quien no se plegara a sus fines.

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Con el nuevo milenio, haciendo esa labor y contando con un taller mecánico, pronto hizo quedar mal a ese esforzado sector, ya que empezó a “conseguir” del gobierno estatal, que de sus dependencias le enviaran a reparación cientos de unidades automotoras. En dependencias como sefiplan, sedesol y CAEV, aún se le recuerda por su exigencia de pago de facturas por vehículos a los que jamás reparó y a otros a los que instaló piezas de repuesto dañadas. Cuando servía bien como “voceiro del gobierno”, chantajeaba a los funcionarios para que pagaran en calidad de urgente.

Así llegó el gobierno de Fidel Herrera y fue cuando apareció su relación con Jorge Carvallo. En la segunda mitad de ese sexenio, y con recursos que nadie entendía, decidió clonarse en restaurantero y adquirió los restaurantes Asado y Tinto, La Casa de Mamá (que convirtió en La Mansión), entre otros. Varias de esas compras, a decir de la gente, fueron en efectivo, a puro cash.

Cuando en el sexenio de Duarte empiezan a conocerse acusaciones periodísticas sobre medicamentos falsos en el sector salud, salen a la luz empresas farmacéuticas aparentemente del señor Beceiro y su hijo. El reciente poderío económico de Andrés Beceiro Delfín da a conocer la relación familiar con Jorge Carvallo Delfín.

Ayer que un diputado federal denunció en la PGR a Duarte sobre los fármacos falsificados, seguramente los involucrados empezaron a preocuparse por sus falsas andanzas empresariales y también por esconder lo mal habido.

Desde hace varios sexenios, el apellido Beceiro ha estado clonando muchas cosas en Veracruz. Ha querido ser empresario sin serlo, ha defraudado en la reparación de vehículos de gobierno, ha sido un mal restaurantero que lleva a pique sus negocios, y ahora se ha clonado en farmacéutico, ocasionando graves perjuicios de salud a muchas personas.

Y la historia legal parece que dará más sorpresas y muchos sustos y berridos más.

En Xalapa tenemos a “Beceiro y La Clonadora”, y no se trata de una banda musical, sino que es una banda de presuntos delincuentes de baja estofa, que han sido promovidos por Jorge Carvallo, un diputado federal repudiado incluso por su propio padre.

 

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