Cuando se lee la frase “La fuerza del origen” en un tema relacionado con una cultura prehispánica como es la Totonaca, inmediatamente se piensa en todo lo que tiene que ver con el origen, historia, idiosincrasia, costumbres y tradiciones de ese pueblo, cuyo corazón se ubica en la región de Papantla, en los límites de los estados de Veracruz y Puebla y que se extendió hacia todos los puntos cardinales, más allá de la zona de el Tajín.

Siendo una de las viejas culturas veracruzanas junto a la huasteca y la olmeca en distintas épocas, la zona arqueológica del Tajín ha cobrado una relevancia nacional e internacional y ha sido objeto de varios estudios a lo largo de los años, donde incluso han intervenido investigadores de otros países.

Cuando en los albores del tercer milenio, el entonces gobernador Miguel Alemán Velasco, pensó en difundir esa rica cultura en el mundo, la idea tuvo el beneplácito de mucha gente y también la desconfianza de una buena cantidad de habitantes del municipio de Papantla que querían asegurar que el desarrollo que se promovía para la zona beneficiara realmente a ese pueblo originario.

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Así nació la Cumbre Tajín. Cerca de las ruinas arqueológicas se compraron terrenos y se construyeron instalaciones adecuadas para exponer la riqueza artística y tradiciones totonacas y para poder recibir cada año a miles de visitantes nacionales y foráneos durante cuatro días de marzo (del 18 al 21 regularmente).

El problema empezó en 1999, cuando los totonacas se percataron que a ese evento llegarían artistas nacionales e internacionales que nada tenían que ver con sus tradiciones y cultura. De inmediato vinieron las negociaciones que originaron la entrega anual de obras y apoyos sociales a localidades y grupos disidentes. También se echó a andar la estrategia de acercar a don Juan Simbrón, el líder del Consejo Supremo Totonaco, a quien le entregaron diversos apoyos, desde posiciones para sus dirigentes en los ayuntamientos de influencia totonaca y en el gobierno del estado, hasta un vehículo de lujo para sus traslados a eventos protocolarios en la capital del estado y en otros lugares.

Resuelto esos problemas, han organizado año con año, y hasta el 2015, grandes festivales con la intervención de grupos locales y estatales y con la presentación estelar de artistas nacionales e internacionales, la mayor parte de ellos pertenecientes a los géneros musicales del rock o el pop. En algunos reportajes se ha llegado a mencionar que los totonacas tuvieron que acostumbrarse a ver y oler en sus sagrados terrenos el consumo de mariguana y otras yerbas con similares efectos.

Con la debacle financiera causada por el régimen duartista, en 2016 la Cumbre Tajín ya no contó con los recursos económicos para traer a las grandes estrellas internacionales que pisaban ese escenario y en consecuencia dejó de asistir el turismo festivalero y musical que se acercaba solamente cada mes de marzo.

Este año de escasez económica, “La fuerza del origen”, el lema de la Cumbre, sugería un regreso a lo originario, a lo ancestral, a lo prehispánico. Sin embargo, el anuncio en el programa, de Gloria Trevi y Celso Piña, dos artistas de la música popular mexicana, que cobran importantes sumas de dinero, indica que la Cumbre Tajín continuará siendo más de lo mismo.

Es decir, unos cuantos recursos para el pueblo y la cultura totonaca y la tajada del león para artistas de otras latitudes.

En este caso, los compromisos gubernamentales de cambio o de rescate quedaron en meras palabras. Hubiera sido positivo un reinicio de este festival que apelara a otros esquemas, a otros intereses culturales, como pudiera ser un encuentro de manifestaciones artísticas nacionales e internacionales que fomenten la preservación y permanencia de los pueblos originarios del mundo.

El nuevo gobierno está iniciando. Quizá a alguien le interese hacer un buen papel en el gobierno de Veracruz y en la preservación de la cultura veracruzana, y no solo preparar campañas electorales con resultados cuestionables.

Por lo pronto, algunos estarán bailando al ritmo de las cumbias regias con la comodidad de sus Zapatos Viejos mientras deciden si consultan al Doctor Psiquiatra.

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