“Perdidos en el espacio”, fue una famosa comedia infantil de aventuras y ciencia ficción que se transmitió en televisión durante la década de los sesentas. La serie duró tres temporadas, la primera se emitió en blanco y negro y las dos últimas en color. La historia trata de una misión espacial en busca de un nuevo planeta habitable que pueda ser colonizado por los humanos, debido a que la Tierra está sobrepoblada y con pocos recursos. Pero pasan los años y la misión nunca llega a su destino a causa de una operación de sabotaje, ocasionando que los viajeros queden por siempre en el espacio sideral.

El título y la trama de esta comedia norteamericana, refleja lo que sucede año con año en el Partido de la Revolución Democrática, donde siempre existen sabotajes que dan al traste con los pocos avances que se van consiguiendo y que impiden llegar al mundo deseado por sus militantes.

Si se habla del ámbito nacional, y para no recordar los casos anteriores – auténticos sabotajes–, que son muchos, basta con hablar del tremendo oso que hizo y le descubrieron esta semana, la incongruente lideresa Alejandra Barrales, a quien siempre le gustó la vida en el aire, pero pudo aterrizar en un destino idílico, en un decoroso departamento en Miami, que esforzadamente pagará en dólares durante 30 cómodos años, como declaró ufana a los medios.

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Si nos quedamos en el entorno tropical veracruzano, podemos afirmar que también existe decoro, dignidad y congruencia, idénticos a los valores que ostenta la señora Barrales. Casos hay para echar hacia arriba también, pero será mejor mostrar racanería.

Sólo mencionaremos a dos perredistas de cepa, que sí saben manejar cambios, rescates y reestructuraciones. A Sergio Rodríguez, el bailador y contador de billetes de las redes sociales, actual legislador local, que da imponente brillo estelar al Congreso y a las huestes perredistas. Otro que le gusta salir al escenario de la ficción es Rogelio Franco, el anterior líder estatal y ahora secretario de gobierno yunista, que con un simple título profesional a modo, puso muy en alto a la Universidad Veracruzana y mandó hasta el infinito y más allá a Sara, su destacada rectora.

Pero si hablamos de la alianza con el PAN, parece que el espacio veracruzano ya le quedó chico al partido azul y necesita ganar superficie, por lo que en breve pudiéramos ver una ruptura con el PRD. Y esto será porque los jefes del panismo veracruzano están cansándose de llevar como lastre o como rémora al amarillo y macilento partido que insiste en no querer dar color, ni crecer. O será que la posible ruptura es porque muestra demasiado la estrategia del sabotaje que todo destruye.

A como se han visto las cosas, parece que los perredistas tienen un excesivo gusto por la ficción y ya se acostumbraron a vivir perdidos en el espacio.

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