A escasos tres meses de que comience el proceso electoral 2018, en el que se elegirá presidente de la república, senadores y diputados federales, y en el caso de Veracruz, gobernador y diputados locales, los partidos políticos se enfilan para seleccionar a los mejores hombres y mujeres que habrán de luchar por alcanzar alguna de esas posiciones, junto a los candidatos independientes y a aquellos que se impulsen a través de coaliciones.
En el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en esta recta final, los que van a la cabeza para conseguir la candidatura presidencial, son José Antonio Meade, Secretario de Hacienda y Crédito Público, Aurelio Nuño, Secretario de Educación Pública y José Narro, Secretario de Salud. En el caso del PAN, encabezan las nominaciones Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle. Todos ellos, habrán de competir por lograr la nominación en su partido, para después contender con Andrés Manuel López Obrador del partido MORENA, quien según las encuestas va en primer lugar de la simpatía popular.
El fuerte arrastre que tiene el político tabasqueño, está provocando que mucha gente de todos los colores emigre a MORENA, el partido del movimiento para la regeneración nacional, con menos de un lustro de existencia. La cargada en favor de Andrés Manuel, se pudo constatar el domingo pasado, cuando importantes actores políticos llegaron a la ciudad de México desde distintos rumbos del país, reuniéndose con el líder de izquierda en el Monumento a la Revolución, para estampar la firma de adhesión a ese partido y al Acuerdo de unidad para la transformación nacional, que viene promoviendo entre distintas fuerzas políticas, en su tercer intento por colocarse la banda presidencial.
Dentro de la comitiva veracruzana que ese día fue cubierto con el manto morenista, destaca la presencia de los empresarios xalapeños Ricardo Ahued, Ana Miriam Ferráez y Marcos Salas, quienes desde ahora lucharán por ganarse un lugar en el ánimo del peje y de los votantes de la regeneración nacional. Por su capacidad de liderazgo, estos persistentes empresarios-políticos pueden jalar a otros colegas cansados de promesas y engaños.
Los que acudieron a la capital del país a la suscripción de ese acuerdo, están plenamente convencidos de que esta vez, Andrés Manuel López Obrador sí vencerá a la nomenklatura del sistema político mexicano, que en esta ocasión será resguardada por el cancerbero Osorio Chong.
Ojalá así sea, para bien de un país ávido de transformaciones verdaderas y de aquellos que quieren conceder la alternativa al tabasqueño y a su opción política. Aunque si no lo consigue el próximo año, AMLO ya avisó que se retirará a su rancho con todo y sus intenciones.
De cumplir con esa sorpresiva promesa de retirada, los morenistas no sufrirán por ausencia de liderazgo, ya que los que tomarán la estafeta serán Andrés Manuel, José Ramón y Gonzalo Alfonso López Beltrán, los hijos de Andrés Manuel, que desde el año anterior han ido escalando posiciones en la cúpula de ese partido.
Esto quiere decir que tendremos regeneración y discurso de transformación para muchos años más.