Rumbo al 2018, Andrés Manuel López Obrador dice inspirarse en el ex presidente Lázaro Cárdenas, pero mientras el segundo buscó reducir la división social y rara vez incitó al odio, el político tabasqueño se burla de quienes no piensan como él, y sus discursos son todo menos unificadores, resalta The Economist.
En el artículo: “El candidato presidencial de México no entiende su modelo a seguir”, la publicación inglesa hace un comparativo entre la figura del general Lázaro Cárdenas -Tata como es recordado- y el presidente de Morena, quien lo ha mencionado como uno de sus héroes.
The Economist subraya que Lázaro Cárdenas buscó reducir la división social, no aumentarla, rara vez incitaba al odio contra los rivales, y perdonó a diez mil personas que se levantaron contra el Estado.
En cambio, “el señor López Obrador es menos aficionado a los gestos unificadores”, y como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, se burló de los manifestantes contra el secuestro, a quienes llamó “pirrurris” (niños ricos), subraya.
La publicación inglesa alerta que el político tabasqueño no es un estudioso de la política pública y prefiere discursos fogosos a planes de diez puntos, y cuando estuvo al frente de la capital mexicana, sólo se centró en las autopistas y las pensiones locales.
Aun así -señala- es difícil predecir cómo podría gobernar como presidente, aunque enumera a tres exmandatarios mexicanos: Benito Juárez, Francisco Madero y Lázaro Cárdenas, como sus héroes.
Sin embargo, “el señor López Obrador parece entender mal cómo su ídolo dejó un legado tan duradero”. “Cárdenas tenía un agudo sentido de lo que su hijo, Cuauhtémoc, ha llamado “la distinción entre lo popular y lo populista”, destaca la publicación.
Lázaro Cárdenas, constructor de las instituciones que desdeña López Obrador
Lázaro Cárdenas –uno de los políticos que dice admirar Andrés Manuel López Obrador- construyó la estabilidad y las instituciones democráticas del país, que desdeña el líder de Morena, advirtió The Economist.
En su edición de esta semana, la revista inglesa recordó que el ex presidente de México –de 1934 a 1940- fue un orgulloso constructor de instituciones.
“Cuando asumió el cargo, su partido era poco más que una camarilla de generales de la Revolución Mexicana, pero lo transformó en un movimiento con 4.3 millones de miembros que se convirtió posteriormente en el Partido Revolucionario Institucional (PRI)”, resaltó.
En su artículo: “Lázaro Cárdenas era un orgulloso constructor de instituciones, no un populista”, The Economist destacó que el ex presidente no se aferró al poder y en lugar de elegir a un radical como su sucesor, se declinó por un moderado.
Eso preparó el escenario para décadas de estabilidad política y crecimiento económico de México, y afianzó el principio de no reelección en el país, enfatizó.
Si bien -agrega la publicación- el PRI era corporativista, fue más fuerte que las personas que lo administraron y único en América Latina.
En cambio, “el señor López Obrador no podría ser más diferente. Ha minado las instituciones democráticas de México”, advirtió.
Recordó que después de su derrota en las elecciones presidenciales de 2006, se negó a reconocer la victoria del candidato del PAN, alegando sin pruebas que el resultado fue fraudulento, se declaró el “presidente legítimo”, y dirigió protestas durante semanas.
Pero López Obrador también tiene poco uso para los partidos políticos, resalta la publicación inglesa.
Refiere que luego de postularse dos veces como candidato presidencial por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) -fundado por Cuauhtémoc Cárdenas- “lo abandonó en 2012 para formar Morena, un nuevo partido de izquierda, puramente como vehículo para su candidatura”.
En opinión de The Economist, es poco probable que el presidente de Morena disfrute de una mayoría legislativa si es elegido en 2018, “y su actitud de confrontación le dificultará encontrar aliados para llevar a cabo sus políticas”.
En el exterior, agrega la publicación, López Obrador se compromete a actuar “como el hermano mayor en América Latina”, no como el obediente hermano menor de Estados Unidos.
Sin embargo, Lázaro Cárdenas “basó su expropiación petrolera en cálculos geniales y celo nacionalista. Anticipó correctamente que Franklin Roosevelt sería cauteloso de conducir a México hacia Alemania, asegurando que cualquier represalia sería limitada”, explicó.
En contraste, López Obrador se ha referido a Donald Trump como un “neofascista irresponsable”, algo que es poco probable que olvide el presidente estadounidense.
Además, si los esfuerzos por revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte de alguna manera satisfacen a Trump, López Obrador aún se compromete a revisar cualquier acuerdo que considere “injusto”.
Finalmente, The Economist subraya que no todos los presidentes mexicanos han disfrutado de la buena suerte de Lázaro Cárdenas en las peleas con la Unión Americana, pues en 1846 México perdió la mitad de su territorio.