6.04.2016
La búsqueda del voto debe ser un espacio para la cultura política y la civilidad. Desagradables y morbosas son la arena de confrontación y descalificación. El terreno publicitario sólo para la monda.
La participación ciudadana es un elemento indispensable para cimentar una cultura política de nivel. Desarrollar, enriquecer y alentar esta herramienta social permite que la legitimidad se constituya sólidamente.
Todos los candidatos viajan en busca del voto para solicitar el apoyo y alcanzar la simpatía de los ciudadanos, tratando de convencer que son la mejor opción política para Veracruz. Los espectaculares publicitarios muestran el mejor y más cercano rostro de los contendientes con el ciudadano de a pie. Reuniones aquí, allá, por todos lados, es lo común en estos escenarios. Medios de comunicación y redes sociales se apresuran para dar la mayor cobertura posible.
En todos los contextos la ciudadanía quiere propuestas de trabajo, soluciones y respuestas a los problemas del día a día. Las fortunas económicas de quienes buscan la gubernatura, son importantes hasta un grado, así como su origen. Detrás de todo gran tesoro, hay un gran misterio. El resto es bulla.
En las campañas políticas, la sociedad exige que los partidos políticos sean vías reales de contacto social y funcionalidad democrática; que se cohesionen los actores políticos con las verdaderas carencias sociales; y tener una gran apertura de la información hacia la sociedad, siendo transparentes en acciones y resultados. Las democracias modernas así lo demandan.
Hay teorías que dictan que “hay que democratizar la democracia” porque, este invento griego, no tiene rostro ciudadano ni nombre real. Pero ahí sigue. Por eso es necesario que nuestros candidatos realmente difundan ideas, se alejen de los espejismos y promesas demagógicas. Al mundo no lo mueve el dinero, lo mueven las ideas.
La ciudadanía está más organizada y comienza a vislumbrarse un ejercicio de coparticipación y corresponsabilidad frente al quehacer público, así como la imperiosa necesidad de mayor transparencia en la acción pública. La sociedad avanza como el poeta: “hace camino al andar”, con paso firme.
Si los candidatos quieren una interlocución real, deberán modificar sus propuestas y demostrar la edificación futura de las acciones de gobierno. La celebración de debates será fundamental para que la ciudadanía se ilustre sobre cada uno de los aspirantes a gobernar Veracruz y debe constituirse en una plataforma para asentar compromisos, presentar proyectos y una vía más para conocer las propuestas del quehacer público.
Veracruz necesita paz y armonía. La política reclama altura para escuchar la voz del pueblo. La ciudadanía no cree en los maravillas de los populismos eventuales. Las campañas no pueden sentirse como si trajéramos una bala alojada en la cabeza porque las neuralgias insufribles y las euforias absurdas destruyen a los pueblos. Hasta el momento, las campañas y los candidatos se perciben errabundos. (AF)