Psicólogo Franco González Aguilar
El pasado mes de septiembre el INEGI informó que en el año 2020 ocurrieron 27 divorcios por cada 100 matrimonios. Igualmente señaló que en 2011 sucedían 16 separaciones por cada 100 enlaces. Pero también alertó que durante 2019 se habían disuelto 31 parejas por cada 100 formalizadas.
Cuando la persona decide buscar pareja estable, generalmente no lo hace con la intención de disolver el vínculo, sino que es durante la propia convivencia cuando surgen situaciones complicadas o negativas que orillan al rompimiento.
La práctica profesional en la terapia de pareja sugiere 7 estrategias o consejos para disminuir separaciones y fortalecer la relación de pareja.
1.- En la pareja conviene ser prácticos y realistas, más que idealistas o perfeccionistas.
Para resolver problemas y establecer compromisos hay una manera segura de actuar: más que conducirse en términos del Yo, o del Tú, los dos integrantes deben pensar en términos de un Nosotros, en un ir de la mano a afrontar adversidades y solucionar desencuentros.
2.- La pareja debe cuidar el amor, el romance, la intimidad y el compromiso.
Los cuatro componentes de la relación deben cultivarse todos los días. El amor es un componente biológico y el romance, la intimidad y el compromiso son componentes de tipo social y se fundan en el lenguaje, el cual debe darse mediante constante diálogo y no con la imposición del monólogo del más fuerte.
Las neurociencias han confirmado que el cerebro es el órgano que se enamora, no el corazón. El ser humano se enamora con 29 áreas cerebrales que dependen de 10 sustancias neuroquímicas, entre las que destacan la dopamina, la serotonina y la oxitocina.
La intimidad tiene que ver con el apoyo afectivo, la confianza y la capacidad de contar cosas profundas a la pareja, incluyendo la necesidad de compartir preocupaciones personales, sexuales, morales, espirituales, emocionales, materiales y financieras, entre otras.
Por razones neurobiológicas, debemos aceptar que la atracción física y la excitación alcanzan pronto su nivel máximo, para empezar a descender a partir de los 4 años de iniciada la relación.
Por ese motivo el romance debe ser estrategia y práctica diaria. Con los años, este componente, junto a la intimidad y el compromiso, se convertirán en la verdadera base de la relación.
3.- El compromiso es el principal pilar que sostiene a la relación.
El compromiso es el que demostrará y comprobará el interés y responsabilidad que se siente por una pareja y por el mantenimiento de la relación en el tiempo. Si transcurren los meses y no se observa compromiso, disminuirá el poder del romance y la intimidad. Las relaciones largas se caracterizan porque los integrantes de la pareja fomentan y mantienen una buena e inquebrantable amistad, además de cuidar y mejorar su relación sexual.
4.- El respeto a los derechos humanos garantiza el crecimiento y la armonía en la pareja.
El conflicto es un proceso que transforma la manera de relacionarse. Permite expresar las discrepancias y confrontar el problema de manera positiva, utilizando estrategias orientadas al diálogo y a la mediación de diferencias.
Pero la pareja debe basar su estabilidad en coincidencias y no en divergencias. Los debe unir la coincidencia, evitando situaciones como irresponsabilidad, menosprecio, agresividad, violencia, traición o infidelidad. La propia terapia de pareja hará descubrir que el perdón es difícil de alcanzar y que los problemas graves no se resuelven, sino que sólo se disuelven. Los agravios siempre quedan por ahí latentes para surgir ante cualquier explosión emotiva.
Muchas veces el conflicto surge porque no se respetan los derechos humanos. ¿Y cuáles son esos derechos? Son de diversa índole: derechos al espacio propio y a la individualidad, a la libertad de conciencia y de expresión; a la identidad, a la igualdad y a la no discriminación; el derecho a la vida, a la seguridad, a la familia, al bienestar y al sano desarrollo integral.
Dar espacio y confianza a tu pareja ayudará a mantenerla contigo de manera libre, amorosa y solidaria. La desconfianza permanente y los celos enfermizos reflejan baja autoestima y destruyen a la pareja, llevándola al alejamiento y al desamor.
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5.- La pareja deberá establecer sus propias normas de convivencia.
La relación de pareja debe ser considerada como una institución, no como la simple unión emocional, informal o temporal de dos seres independientes. Entonces, debemos reflexionar en que cualquier institución, independientemente de su naturaleza (gobierno, educación, religión, ejército, industria, deporte, etc.), tiene normas que deben respetarse y cumplirse para asegurar la convivencia y la duración de las relaciones entre cada uno de los individuos y dicha institución. Incluso la ley y la religión hablan de “la institución del matrimonio”. En esta idea, y como consecuencia, resultará importante que la pareja establezca y actualice periódicamente sus propias normas para mejorar la convivencia interna.
6.- Los roles de pareja deben acordarse en un escenario de armonía y solidaridad.
Es común utilizar la dualidad para hablar de roles de pareja: “el rol del hombre y el rol de la mujer”, “el rol del padre y el de la madre”, “el del jefe de familia y el de la ama de casa”. Pero esta visión es simplista, anticuada y patriarcal. Mejor imaginemos a la pareja o a la familia en un gran escenario, en el que un mismo actor deberá tomar o asumir el papel de amante, jefe, jardinero, ayudante, cocinero, maestro o curandero.
Y hemos escuchado frases como “Me gustas como amante, pero no como modelo para mis hijos” o “Eres fabulosa para maquillarte, pero descuidas el orden en la casa”. Expresiones así, nos hacen pensar que el integrante de una pareja necesariamente debe asumir varios roles o papeles.
Por ello deben evaluarse y aprobarse todos los roles que determine la pareja, sin excepción (sexuales, de crianza y educación de la prole, de religión, financieros y económicos, de manejo y conservación del hogar).
¿Y cómo lograrlo? Sobre la mesa, pongamos un rol, y llamémosle “de entrada”, y este tipo de rol, es el que pretendemos aplicar porque así lo aprendimos en la niñez o adolescencia. Una vez que ese rol se discuta, se afine y acepte por los dos integrantes, se convertirá en un rol “de salida”, para que pueda ser “presentado en sociedad” (en una sociedad de dos), es decir, en la relación de pareja. Y este trabajo de confección y modelado, tendría que realizarse en cada uno de los roles que se requieran o que se propongan democráticamente.
7.- Dale el mejor hogar a tu relación de pareja.
Hemos afirmado que, si baja de nivel alguno de los componentes de la relación de pareja, los otros componentes deberán ponerse a funcionar para compensar las pérdidas. Pero el éxito y permanencia de la relación, ocurrirá cuando esa pareja habite en un ambiente seguro; un sitio que deberá ser un hogar cálido y acogedor. ¿Y cuáles serían los valores fundamentales de ese ansiado hogar?
Los cimientos se fijarán sobre el suelo firme del respeto a los derechos humanos. Las normas permitirán contar con un piso estable para moverse en la dirección correcta. Las paredes serán fuertes si se forman con los roles adoptados y aceptados, roles que, sin excepción, deberán ser aplicados en lo individual o en conjunto. Y como se ha reiterado, el techomás confiable de ese hogar cálido y armonioso, no es otro que el constituido por el conjunto de compromisos cumplidos por los dos integrantes de la pareja.