El autor norteamericano A.J. Finn, cuya primera novela ‘La mujer en la ventana’, adaptada al cine, fue un fenómeno editorial mundial, cree que las plataformas audiovisuales solo están interesadas actualmente en llevar a la pantalla historias que estén protagonizadas “por médicos o abogados, temporada tras temporada”.
A.J. Finn, seudónimo de Dan Mallory, se encuentra en Madrid para presentar su nueva novela ‘El final de la historia’ (Grijalbo), un ‘thriller’ psicológico con múltiples referencias a los autores clásicos del género y a sus obras más emblemáticas, como Raymond Chandler, G. K. Chesterton, Agatha Christie, Edmund Crispin, Arthur Conan Doyle, Alexandre Dumas o Dorothy L. Sayers.
Con cinco millones de ejemplares vendidos de su primera novela, que escribió después de ser diagnosticado de un trastorno bipolar tras años tratado inadecuadamente de una depresión, J.A. Finn asegura en una entrevista con EFE que el éxito “fulgurante” de ‘La mujer en la ventana’, traducida a 40 idiomas, fue “más liberador que otra cosa”.
“Estaba convencido de que cualquier cosa que pudiera escribir después no podría eclipsar a ‘La mujer en la ventana’, aunque ahora espero que no, pero lo que pasó con esa novela fue un aventura extraordinaria que quizá no vuelva a vivir nunca”, señala el autor, que recuerda que se sintió liberado para escribir lo que le apetecía.
El resultado es ‘El final de la historia’, un libro “mejor” que su primera novela, “más intrincado y maduro”, sostiene el autor, que recuerda una juventud en la que leyó mucho a los clásicos del género de misterio en un hogar en el que sus padres eran también muy lectores.
“Tuve el lujo de crecer en un mundo sin demasiadas distracciones electrónicas. No sé si habría sido tan lector si hubiese sido un chico hoy en día”, considera J.A. Finn.
En la novela, Sebastian Trapp, reconocido novelista de misterio, invita a Nicky Hunter, la profesora y crítica experta en su obra con la que mantiene una relación epistolar, a que se instale en su casa, en San Francisco (EE.UU.), para “contar su historia”.
Un hombre que es un misterio en sí mismo y tal vez un asesino, ya que hace dos décadas su primera esposa y su hijo adolescente desaparecieron. El caso nunca se resolvió.
En su historia de misterio, el autor saca a la luz traumas de la infancia, carencias afectivas, obsesiones, soledad, miedo, odio o el peso de la culpa en sus personajes, todos ellos con sus luces y sus sombras.
Porque los personajes de la novela negra o del ‘thriller’ ya no son buenos o malos sin matices, explica, como ocurría al principio de la ficción de detectives hasta 1930.
El desarrollo del género hasta la Segunda Guerra Mundial trajo personajes más complejos, aunque luego, en los años ochenta, los asesinos en serie fueron los protagonistas. Pero los malos ya no son más que simples psicópatas, asegura.
Su primera novela fue llevada al cine con el mismo título por el británico Joe Wright, protagonizada por Amy Adams, y estrenada en 2021 en la plataforma Netflix tras un complejo camino de cambios y retrasos.
Respecto a la adaptación de esta segunda, J.A. Finn dice que todavía no está trabajando en ese aspecto, además de que cree que no es el momento económico adecuado porque las plataformas solo quieren series que tengan continuidad, temporada tras temporada.