A menos de un mes para la celebración de la Navidad, la editorial Univers vuelve a encargar a un escritor un relato centrado en el período. En esta ocasión, la escogida es Alba Dalmau, quien con “Ho, ho, ho” ha armado una historia navideña “llevada al límite”.

En una entrevista con EFE, no rehúye que para los novelistas los tópicos son un “reto interesante, porque sobre ellos está todo dicho, con lo que sólo se puede innovar en la forma de decirlo”, lo que la ha llevado durante un año a consultar todo tipo de manuales y libros, con la bibliotecaria de su pueblo “todavía escandalizada por las cosas que le pedía, como volúmenes incluidos sobre barbas”.

Y es que en esta historia, protagonizada por Lluc, marcado por una tragedia en su juventud, y que ha vivido las Navidades más como una cuestión de imaginación que de ilusión, aparece una escuela de Papás Noel, algo que Dalmau descubrió en su investigación, a través del documental “Becoming Santa”.

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Una academia fundada en 1937

En esta cinta se muestra una academia, que funciona sin ánimo de lucro en Michigan (Estados Unidos) desde el año 1937, en la que se enseña a sus usuarios a actuar en el rol de Santa Claus, con asignaturas sobre cómo contestar a preguntas espinosas de niños inquietos o sobre cómo dar una respuesta elocuente ante una petición imposible en tiempo de crisis.

“Quería hacer -señala Dalmau- una historia lo más cómica posible, porque la Navidad está deviniendo en una cosa extremadamente cómica. Primero, porque cada vez hace menos frío y vamos prácticamente en bermudas y, segundo, porque los niños cada vez son más como los adultos, han perdido la inocencia, el sentido de lo que es la Navidad”.

A su juicio, “todo es muy falso, incluso los turrones son de cosas rarísimas”.

“La Navidad cada vez es más cartón piedra, impostura. Y eso lo quería plasmar en la novela. No creo que haya nada más cómico que una escuela de Papás Noel. Nadie debería ir a una academia así. Quien represente a este personaje debería hacerlo porque le sale de muy adentro. Por algo mágico, por esa magia que no tiene truco, que no se trabaja”, apunta.

Con dos referentes literarios muy claros, el “Auggie Wren”, de Paul Auster y “Catedral”, de Raymond Carver, Alba Dalmau firma una historia con un personaje que “va buscando la reconciliación con sí mismo”, en la que tienen mucho peso las segundas oportunidades.

Entiende que hay “como una parte superficial, del día a día de Lluc, más cómica, pero luego está una parte muy dramática, porque haga lo que haga no consigue lo que quiere”.

Preguntada sobre cómo vive ella la Navidad, confiesa que “sobre todo, la previa, la vivo con muchas ganas. Siempre me ilusiona pensar que veré a familiares que hace un año que no veo, que comeremos todos juntos, de manera que es la expectativa lo que más me gusta. Luego, todo es demasiado”.

Asimismo, destaca la escritora que es madre de un niño pequeño y “ahora lo veo con otros ojos”.

Por otra parte, señala que en su casa nunca fue a visitarles Papá Noel porque “éramos del ‘tió’ -el tronco que en Cataluña ‘caga’ regalos y dulces para los niños- y de los reyes”.

Nacida en Cardedeu (Barcelona) en 1987, Alba Dalmau cuenta con varios premios en su haber y, actualmente, ejerce como profesora de escritura creativa.

Con los años, cree que los escritores evolucionan hacia una “escritura más simple, más destilada. Cuando recuerdo a la Alba de los inicios la veo queriendo que todas las frases fueran preciosas, pero con el tiempo te das cuenta de que esto puede ser pesado, empalagoso”.

Cada vez, confiesa Alba Dalmau, “me da menos vergüenza dejar el texto más pelado”. 

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