David Tadeo Silva, estudiante del sexto semestre en la Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana (UV), dejó el puerto de Coatzacoalcos para hacer lo que le gusta: bailar; actualmente está becado y cursa el segundo año dentro del programa “Plataforma para la creación e investigación de estudiantes y egresados de la Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana”, conocido como Plataforma UV.

El propósito principal de este programa es “generar una plataforma de reflexión corporal a través de la generación de propuestas artísticas coreográficas que impacten en el desarrollo artístico de los estudiantes”, como se lee en su convocatoria 2017.

El origen de esta agrupación es ofrecer prácticas profesionales a los estudiantes y recién egresados para prepararlos para la vida profesional, por ello que la permanecía en la Plataforma no podrá ser mayor a dos años.

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Bajo la dirección de Nancy López Luna Cano, cuyo método de entrenamiento se basa en el chi-gong, trabajó su desarrollo corporal con prácticas vespertinas a lo largo de toda la semana.

La creación y desarrollo de ambas coreografías ocupó el primer semestre, mientras que el segundo se dedicó a ensayos y perfeccionamiento en el que efectuaron entrenamientos compartidos con egresados y público en general.

Se crearon dos coreografías: Encontrarnos, la cual se basó en su desenvolvimiento corporal como grupo; empezó como una improvisación y a partir de ésta, la instructora desarrolló una coreografía considerando las capacidades de cada integrante.

La segunda coreografía, Tejido, está relacionada con los sueños, para lo cual se hizo trabajo de investigación en el que fueron apoyados por Julio María, ganador en 2014 del primer lugar en la categoría de poesía del concurso 45 de la revista Punto de partida, además fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas (flm).

Con Encontrarnos, los jóvenes se presentaron en Xalapa, la Ciudad de México, ante alumnos de la región Orizaba-Córdoba de la UV y en una casa hogar en la misma ciudad.

“La casa hogar era sólo para niñas, por lo que hablamos previamente que debía ser un comportamiento tranquilo, correcto; presentamos la coreografía, en la que hago un salto mortal y como a las niñas les gusta lo urbano, entonces al finalizar platicamos con ellas y me pidieron que lo repitiera”, comentó el universitario.

Esta coreografía es muy visual y lúdica, transmite diversión y es atractiva, explicó, por lo que ha tenido una buena recepción entre los diferentes públicos.

También viajaron a Costa Rica, donde se presentaron en la Facultad de Danza de la Universidad Nacional de Costa Rica y allá recibieron la invitación para presentarse en un festival, logrando así dos presentaciones en Centroamérica.

“No me tomaban en serio”

Tadeo Silva es conocido en el mundo del break dance como Chick Flare y recordó que tenía cierta desconfianza por continuar sus estudios, al tener como interés principal el baile urbano.

“Empecé bailando urbano, hago breaking en la calle y en ciertos aspectos no me tomaban en serio, pero al entrar a la Facultad recibí todo el apoyo, además de que pude salir por primera vez del país y presentar la coreografía, vi que en otras universidades ponen a la UV en un alto nivel, con prestigio, esto me abrió los ojos para ver que mi Universidad sí tiene muchas cosas; me hizo enamorarme de la escuela, quererla más y tener ganas de estar aquí.”

Asimismo, le despertaron un interés por conocer más el desarrollo dancístico dentro del país, conocer qué se está haciendo en materia de danza porque es posible que seamos una potencia en la materia sin saberlo, “me sentí fascinado con la experiencia”.

Confesó también que desde su adolescencia no le había ido bien en la escuela: “Me gustaba más bailar, me salía de clases por bailar y por eso me llevé materias y repetí años, pero al llegar a la Universidad y enfocarme sólo en bailar, que es lo que me gusta, me movió tanto que ahora quienes pensaron que era malo en la escuela están sorprendidos y les digo que tenía que encontrar mi motivación; los que antes no daban un peso por mí ahora me ven y dicen que sí estoy haciendo algo de mi vida”.

Entre los reveses a los que se enfrentó, relató que el segundo año de secundaria lo reprobó, por lo que se inscribió en una escuela abierta y por problemas económicos también reprobó, al igual que el tercer año. Decidió regresar a una preparatoria escolarizada y perdió entonces el segundo semestre porque lo que le gustaba era bailar o hacer deporte, “lo que yo quería era moverme, estar sentado me aburre, no es que sea hiperactivo sino que me gusta estar en movimiento”.

Finalizó el bachillerato en una preparatoria abierta y no sabía qué hacer; fue su hermano, quien en ese momento terminaba la universidad el que le sugirió que estudiara Danza, aunque esto implicara trasladarse a la capital veracruzana.

“Me dijo una frase que me gustó mucho: ‘Siempre te botan por estar bailando, ahora tendrás que bailar para que no te boten’ y fue eso lo que me decidió a ingresar a la UV.”

Cuando supo que había ingresado a la esta casa de estudios tuvo una gran satisfacción, “no pensaba que iba a terminar ni la secundaria, estaba desilusionado de mí, pero al entrar a la Universidad me di cuenta que sí podía ser universitario por hacer algo que me gusta, que me encanta y que me mueve”.

Tenía la impresión que sólo conocería la danza clásica y contemporánea, pero se le brindó la oportunidad de mostrar sus capacidades como los saltos mortales o giros en el piso, inclusive pensó que sería fácil, porque recién llegado concursó en un evento de breaking y lo ganó.

“Al profundizar te das cuenta que todo tiene una técnica y hasta apuntar el pie es algo más profundo, sólo levantar el brazo a segunda (posición) es un trabajo interno que requiere más esfuerzo del que uno perciba.”

La disciplina ha sido un elemento clave para que David Tadeo pueda continuar, pero aseguró que la clave para superar los retos es hacer lo que más le gusta.

Compartió que en el futuro le gustaría abrir una escuela para enseñar baile urbano o dar clases a los jóvenes, sobre todo lo que ha aprendido; actualmente busca conocer más sobre otros géneros de la danza como la contemporánea y la clásica, con la intención de crear coreografías que aborden temas como la violencia y la marginación.

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