Arabia Saudita inauguró el lunes su primer gran festival de cine en Yedá, en la costa oeste, con el objetivo de hacer del cine una nueva industria lucrativa para el reino.

Los cines en el ultraconservador reino estaban prohibidos hasta abril de 2018, pero ahora actores y directores participarán en los próximos diez días en el Festival internacional de cine del mar Rojo.

Serán presentados 138 largos y cortos metrajes de 67 países, entre ellos, filmes de realizadores no árabes, entre ellos “83” del británico Joe Wright, basado en la historia del triunfo de India en la Copa del mundo de cricket en 1983.

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El festival hará un homenaje a Haifaa al-Mansour, primera mujer realizadora saudita cuyo filme “Wadjda” (2012) obtuvo premios internacionales.

“La idea de organizar un festival de cine en Arabia Saudita era inimaginable hace apenas cinco años”, subraya el crítico egipcio Mohamed Abdel Rahmane.

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La industria cinematográfica del reino está en pleno auge, con muchas filmaciones y un incremento del consumo de filmes.

El boxoffice anual podría alcanzar 950 millones de dólares de aquí a 2030, según informe de la consultora PwC.

Observadores consideran que el sector carece de experiencia e inversiones.

“Antes de la reapertura de los cines en 2018, la industria trabajaba subterráneamente”, subraya el realizador saudita Ahmed al-Mulla. “No había ninguna posibilidad de filmar o de obtener un financiamiento”, dijo.

En los últimos años se han emprendido reformas en el país, como el levantamiento de la prohibición de conducir para las mujeres y la autorización de conciertos y otros eventos mixtos, pero permanece la represión estricta de la disidencia.

La detención de opositores, el rechazo de la comunidad LGBTQ+ y la gran cantidad de ejecuciones son blanco de las críticas de los defensores de derechos humanos.

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