Se dice que el enamoramiento nos hace perder la objetividad en algunos casos. Y según el doctor José Antonio Díez Calzada, profesor de la Universidad de Barcelona, esta etapa del amor podría generar creencias injustificadas en las personas, estados psicológicamente intensos o perturbadores que les hacen perder su dimensión racional o cognitiva.
El académico explicó en la conferencia “Amor y autoengaño” dictada en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que cuando se está enamorado aparecen acciones propias que se manifiestan en ciertas condiciones.
“Están las reacciones físicas inusuales; las conductas eróticas o sexuales no comunes y la tendencia a realizar ‘cosas raras’, que pueden ser también cognitivas como el autoengaño”, explicó Díez Calzada durante la conferencia.
Resaltó que existen varios mecanismos aislados de autoengaño que se dan durante el enamoramiento.
“El ‘wishful thinking’, que es cuando se cree en algo porque así se desea, y el ‘wishful seeing’, cuando se ve a alguien con ciertas características por decisión propia y no porque así sea”, expresó.
El especialista también explicó que está la racionalización, que es cuando algo es inalcanzable y en vez de aceptar la frustración se argumenta que es indeseable.
Existe también la creencia de la peor explicación, la cual consiste en un argumento injustificado por conveniencia o un mecanismo de auto compensación a un amor no correspondido y el anómalo, cuando se quiere a alguien porque ya no se tiene.
Díez Calzada argumentó que dichos mecanismos “son utilizados para analizar situaciones o imaginarios colectivos del amor romántico en la cultura occidental”.
Por último, señaló que cuando el amor se acaba también aparece el autoengaño y es cuando brotan más creencias injustificadas.
Explicó que este autoengaño se da en tres momentos: uno es la llamada falacia de Concord, que es cuando se está tan emocionalmente involucrado que se cree que poniendo mayor esfuerzo es posible mantener la situación.
El segundo es una variedad que ocurre cuando no se ha consumado el desamor y se crea confusión, y el tercero es el desamor consumado, momento en que existe la certeza de que el amor terminó pero no hay aceptación, concluyó.