Más que un simple pasillo con anaqueles llenos de libros viejos, las bibliotecas públicas, son un lugar de aprendizaje, curiosidad y creatividad, de cultura, encuentro y esparcimiento donde se fomenta el conocimiento.
Espacios para leer y aprender, pero también son centros culturales, allí donde las personas se reúnen y expresan casi sin querer quiénes son y qué aspiran a ser, son sitios vigentes que requieren de la constante actualización de sus acervos.
Así lo considera, Lourdes López, directora de Operación de Bibliotecas de la Red Nacional de Bibliotecas de la Secretaria de Cultura Federal, quien en entrevista subrayó la necesidad de contar con todos sus servicios, personal apto, renovación de sus acervos y espacios y mantenimiento.
La funcionaria destacó que la Red Nacional de Bibliotecas, está conformada por un total de siete mil 436 espacios, considerada una de las redes más importantes en América Latina por la dimensión y cobertura.
“Tenemos el 93 por ciento de la cobertura de este país en 31 entidades al 100 por ciento. Al menos existe una biblioteca por municipio, con excepción del Estado de Oaxaca que se cuenta con una cobertura del 70 por ciento, debido a que es complicada la orografía de la entidad, además de que la población está muy dispersa, lo que impide tener una cobertura completa cuando la población es limitada o flotante.
“Tenemos la virtud de atender a la población en general, aunque por el tipo de material que tenemos en las bibliotecas, básicamente es población estudiantil,de nivel escolar básico, preparatoria, y de nivel superior”, dijo.
El gobierno federal a través de la Dirección General de Bibliotecas, emite la normatividad técnica para el funcionamiento de las bibliotecas y proporciona el acervo catalogado y clasificado a la mayoría de las Coordinaciones Estatales.
Actualmente, estos procesos están en vías de descentralización al asumirse como tareas conjuntas e incluso propias de cada entidad, tomando en cuenta que la Red Nacional de Bibliotecas está considerada como la más grande de América Latina.
De acuerdo con Lourdez López, es la Dirección General de Bibliotecas la que proporciona también entrenamiento al personal que trabaja en la Red Nacional, en tanto los gobiernos locales proporcionan el edificio, el mobiliario y el equipo para la conformación de las bibliotecas, además de asignar y remunerar al personal encargado de atenderlas.
“La Dirección General de Bibliotecas, es un órgano normativo, nosotros normamos el funcionamiento, capacitamos al personal bibliotecario y entregamos colecciones básicas y de mantenimiento.
“Sin embargo, todo lo que tiene que ver con la contratación del personal, dotación de inmuebles y equipamiento, corresponde a cada una de las delegaciones o en su caso a las alcaldías, son ellos los encargados de esta operación específica”, señaló.
Cuenta que, en la Ciudad de México, existen 399 bibliotecas pertenecientes a la Red Nacional de Bibliotecas, sin embargo, reveló que ‘existen bibliotecas dentro de las propias escuelas y tenemos las especializadas, y obviamente las universitarias’.
“Tenemos una cobertura amplia, y al igual que el país, en la Ciudad de México en nuestras bibliotecas asiste población escolar; nuestras bibliotecas son parte del apoyo al sistema educativo nacional
“Se busca, por un lado, apoyar a este sistema, y por el otro, estar acorde a la formación de lectores; por ello existen muchas actividades de fomento en las bibliotecas y si los niños tienen gusto por la lectura, podrán tener también mayores oportunidades en aspectos de formación”, dijo.
Sin embargo, la funcionaria comentó que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en la Ciudad de México puede haber alrededor de dos mil 500 bibliotecas, para todos los gustos y edades.
“Pero puede ser más porque hay bibliotecas en instituciones que no necesariamente son públicas, sino para sus agremiados o estudiantes”, agregó.
No obstante a la convergencia tecnología y la aparición de los libros electrónicos o E-books, la funcionaria dejó en claro que las bibliotecas son espacios vigentes, pero que requieren de su actualización.
“Tenemos bibliotecas a las que asiste el público en general, por una razón, los espacios en la ciudad son cada vez más reducidos; si pensamos en un departamento en lo que en la actualidad se construyen de 45 o 55 metros cuadrados, es muy complicado que los jóvenes puedan hacer un trabajo de equipo en ese lugar.
“Recurren a la biblioteca porque a veces la mesa de comedor, es la de la plancha y la de estudio, de tal manera que las bibliotecas tienen esta gran ventaja, son espacios seguros, donde habrá libros y en muchos casos, tienen conectividad, equipos de cómputo; así la biblioteca no solo se convierte en un espacio de libros, sino en el de la convivencia y cohesión social y eso le da vigencia y pertinencia”, comentó.
Aclaró que, en la Ciudad de México, no existen bibliotecas importantes, sino que se trata de una cuestión de percepción de cada quien.
“Obviamente tenemos las bibliotecas Vasconcelos y la México, pero es cuestión de percepción, porque si hablamos de las más importantes, grandes o visitadas, puedo decir que las de las centrales, es decir, cada una de las alcaldías tiene una biblioteca central que es la más amplia y la que tiene mayor acervo y visitas.
“Pero si yo le pregunto a alguien de Tláhuac, Milpa Alta cual es la más grande, me van a decir que la de su esquina, y a donde puede acudir sin hacer un gasto extra”, indicó.
Además de políticas públicas encaminadas en la atención al usuario, la detección de sus necesidades, Lourdes López reveló que las bibliotecas requieren de la renovación de sus mobiliarios, incremento de sus colecciones, mayores presupuestos y la vigencia de sus equipos de cómputo.
Sin embargo, apunta que el mayor compromiso, “es de las alcaldías para mantener estos espacios que son para sus comunidades”. “Hablamos de espacios públicos que deben de ser dignos siempre y con horarios amplios”, concluyó.