Con una ampliación de obras en exhibición del artista estadounidense Bill Viola (Nueva York, 1951), el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco), en colaboración con Ex Teresa Arte Actual del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), presenta la exposición Bill Viola. Tiempo suspendido, luego de una exitosa recepción por parte del público de la Ciudad de México.

La muestra será inaugurada el viernes 18 de noviembre en el recinto regiomontano, que se caracteriza por integrar una de las colecciones permanentes más importantes de arte contemporáneo en el país y donde se ha presentado la obra de los más prestigiados creadores de la época actual.

Quince videoinstalaciones de mediano y gran formato, representativas del trabajo de Bill Viola, pionero del videoarte y uno de los artistas internacionales de mayor resonancia en las artes actuales, habitarán las salas del Marco para producir una experiencia inmersiva visual y sonora.

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Bill Viola. Tiempo suspendido toma como eje conceptual la idea del cuerpo confrontado al tiempo: devenir en que se demora el transcurrir de la condición humana y desde el cual el cuerpo se revela como signo y gesto resonante. Las obras reunidas refieren de alguna manera a un tiempo sagrado o suspendido, desde el cual se plantean situaciones/imágenes que descubren la condición más primigenia de la experiencia humana, expresadas a través de un lenguaje audiovisual.

Considerado un artista icónico de los lenguajes contemporáneos del arte, Bill Viola ha sido pionero en el uso de la imagen en movimiento y consolidó el uso del video junto con exponentes de la talla de Nam June Paik, Bruce Nauman o Vito Acconci. Creada a partir de la década de 1970, la obra de Viola concita la integración de poderosas imágenes concebidas mediante la exploración de técnicas audiovisuales y el uso de nuevas tecnologías, lo cual le ha otorgado un reconocimiento internacional por la novedad de sus procesos de experimentación y su profundidad conceptual.

Durante los años ochenta y noventa, Bill Viola incorporó referencias directas a la historia del arte en sus obras de video, para poner en diálogo una visión mística cristiana con pensamientos orientales provenientes del hinduismo o el budismo.

El artista explora en sus trabajos distintas posibilidades plásticas y sonoras, además reflexiona sobre temas que implican una inmersión en las experiencias más íntimas y, al mismo tiempo, más trascendentales del ser humano. Sus “pinturas en movimiento” internalizan estados de silencio y meditación a través de la manipulación y ralentización de las imágenes inspiradas en piezas religiosas renacentistas o barrocas.

Algunas de las obras de Bill Viola parecieran querer acercarnos a la vivencia de visiones “sobrenaturales” en las que cierta experiencia mística se comunica mediante los elementos básicos de la naturaleza —agua, aire, fuego y tierra— que adquieren un poderoso y arquetípico carácter simbólico. En especial, el agua se vuelve en la obra de Viola un medio plástico —visual y sonoro— para transmitir conceptos físicos y metafísicos, como la disolución, la purificación y el renacimiento.

Así, en Fire Woman (2005) el fuego consume y revela la sugerencia de la visión de la propia muerte, mientras que en The Messenger (1996) se establece una metáfora del ciclo de la vida a través del espacio líquido. Los viajes que el artista ha realizado a diferentes regiones del mundo se expresan de diversas formas y recuperan temas espirituales o religiosos, como en Ablutions (2005), que evoca las ceremonias de purificación que ocurren en diferentes culturas; o bien, mediante la elección de narraciones literarias como la historia de Tristán e Isolda en Tristan’s Ascension (2005) o a través de la recreación de obras de arte religioso en donde se rinde homenaje a la pintura desde la imagen en movimiento, como sucede con The Greeting (1995), que escenifica la escena plasmada en el cuadro manierista La visitación, de Jacopo Pontormo (1494-1557). The Quintent of the Astonished (2000), por su parte, explora de manera minuciosa la gestualidad de los rostros, a manera de una pintura devocional religiosa, en cuyo estado se permite reconocer la sutil transición de los estados emocionales.

La exposición en el Marco contará con piezas que no se incluyeron en la Ciudad de México y que ahora tienen la posibilidad de integrarse en este espacio. Entre ellas están obras tempranas de Bill Viola, como The Reflecting Pool (Piscina reflectante) de 1977-1979 y Chott el-Djerid (A Portrait in Light and Heat/Un retrato en la luz y el calor), de 1979. Así como tres piezas de reciente creación, como Ancestors (Ancestros), The Encounter (El Encuentro) y Walking on the Edge (Caminando por el borde), del 2012. Destaca, a su vez, la videoinstalación con sonido cuadrafónico The Path (El sendero), 2002, en la que Viola ofrece una profunda imagen del caminar de cada individuo en el flujo de la existencia y su vinculación con la mirada y el destino.

Bill Viola. Tiempo Suspendido ha sido curada por Kira Perov, quien dirige el estudio de Bill Viola, en colaboración con Francisco “Tito” Rivas, Valeria Macías y Melisa Lio, quienes forman parte del equipo de Ex Teresa Arte Actual.

La exposición cuenta con el apoyo del estímulo fiscal a proyectos de inversión Efiartes, la colaboración de la empresa Altex y de Panasonic México, así como de Fundación Telefónica en dos de las obras.

Bill Viola ha expuesto en el Museo of Modern Art (MoMA), Nueva York, Estados Unidos; en la 46 Bienal de Venecia; en el J. Paul Getty Museum, Los Ángeles; en el Gran Palais de París, Francia; en el Museo Guggenheim Bilbao, España; en la Catedral de St. Paul, Londres, Reino Unido, entre otros. Ha recibido el MacArthur Foundation Fellowship (1989); el XXI Catalonia International Prize (2009) y el Praemium Imperiale from the Japan Art Association (2011).

Bill Viola. Tiempo Suspendido se presenta a partir del viernes 18 de noviembre a las 10:00 horas y estará en exhibición hasta el domingo 2 de abril de 2023.

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