Carles Porta estrena en Movistar+ tres nuevos true crime que desgranan desde la desaparición de una jugadora de voleibol holandesa en Murcia hasta la muerte de un empresario en el Hotel Palace de Madrid, casos en el que el rey de este formato vuelve a sumergirse en su particular crónica negra, donde, en sus palabras, no usa ni el amarillo del sensacionalismo ni el rojo de la sangre.

“Hacemos crónica negra en colores, sin utilizar el amarillo del sensacionalismo ni el rojo de la sangre”, ha explicado Porta en una entrevista con Efe, en la que ha resaltado que para el equipo de su productora True Crime Factory, formado ya por unas cuarenta personas, el rigor y el respeto son lo primero a la hora de tratar un caso.

Bajo esta premisa el periodista estrena el 13 de noviembre Missing in Murcia, donde reconstruye el asesinato en 2013 de la voleibolista Ingrid Visser y su pareja en Murcia. Una semana después, el 20 de noviembre, llega el turno de Muerte en el hotel, donde ahondará en el fallecimiento en 2021 del empresario estadounidense José Rosado en el Hotel Palace de Madrid. Y el 27 de noviembre concluirá con Crimen por encargo, que desgrana el doble asesinato en Càlig (Castellón) de la joven cubana Yalenis y un joven desconocido.

Para que a Carles Porta le llame la atención un caso debe tener muchos giros de guion —o giros importantes—, documentación a la que sea posible acceder, y protagonistas vivos a los que poder entrevistar, según declara a Efe el propio periodista. Para ello, cuenta con una rueda importante de colaboradores de la que forman parte fiscales, jueces, familias con crímenes en su historia y policías que le sugieren casos sobre los que debería posar la mirada.

Sea cual sea el caso escogido, Porta tiene claro que para abordarlo hay que tener clara la línea “muy fina” que separa la curiosidad del morbo, el cual define como una “curiosidad malsana”, que entra en la intimidad y en los detalles escabrosos. “En nuestros programas los detalles escabrosos son los mínimos e imprescindibles. Hablamos más de vida que de muerte. Eso se controla mirando cada palabra, cada plano. En nuestros capítulos no verás nunca un cadáver ni parte de un cadáver, no verás frases con adjetivos truculentos o brutales, y las imágenes que ponemos son siempre más sugerentes que evidentes, con poquísima sangre”.

“Hay familias que nos han pedido que investiguemos o resolvamos un caso, que es un tema que me produce una especial desazón porque me gustaría ayudar a esa gente, pero no podemos hacerlo, no es nuestro trabajo. Nosotros somos explicadores de historias, narradores, no gente que tenga que resolver casos, para eso están las policías, los fiscales y los jueces”. Aun así, reconoce que gracias a alguno de sus programas se ha conseguido que se reabra un caso, se identifique a una víctima o se empuje una nueva investigación. Esto no quiere decir que el periodista se niegue a trabajar casos sin resolver, los cuales, confiesa, a él no le agradan, pese a ser los preferidos de los espectadores. “Hemos tratado casos sin resolver porque al final son buenas historias, pero no son mi prioridad. Desde mi punto de vista pueden generar falsas expectativas, sobre todo en las familias de las víctimas, y eso a mi no me gusta”.

“Siempre hablamos con la familia de las víctimas, a través de los abogados o directamente, y les informamos de que queremos hacer ese caso y les ofrecemos la posibilidad de participar, de que nos cuenten cómo lo vivieron”, explica Porta sobre cómo se introduce a la familia de las víctimas en el proceso de creación. Contar estos casos públicamente de una manera honesta, opina, “ayuda a que las familias se sientan acompañadas socialmente. Muchas veces han tenido que pasar su dolor en soledad, y que un programa lo cuente públicamente de tu mano creo que ayuda un poco”.

En los casos en los que detecta “un dolor especial” entre los miembros, alguien que ha sufrido psicológicamente, o la familia pide que no se lleve a cabo, descarta el caso. “Si vemos que hay razones humanamente coherentes ya no necesitamos razones legales, no lo hacemos. Hay muchos casos y podemos cambiar”, asegura el periodista, quien resalta que su equipo trata de tener “muchísimo respeto con todo el mundo, incluso con los asesinos”.

Siempre intentan, además, contar con el sumario del caso, centrarse únicamente en las cosas que han sido investigadas o sentenciadas, y tener fuentes directas. “Llevamos más de 500 horas de true crime emitidas y no hemos tenido nunca ni un problema importante”, expone Porta, quien tiene claro que todavía le quedan muchos casos sucedidos en España por contar: “Esto es infinito”.

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