Una nueva traducción al chino de Veinte poemas de amor y una canción desesperada celebra la cercanía de Pablo Neruda con el gigante asiático, cuando se conmemoran 100 años de la aparición de este poemario y 120 del nacimiento del poeta chileno.

El libro del Premio Nobel de Literatura 1971 es considerado el título chileno más leído en la historia y este año celebra el centenario de su primera versión, publicada en junio de 1924.

Neruda (1904-1973) visitó China en tres ocasiones durante su vida, nación de la que conoció sus hitos artísticos y donde trabó amistad con los poetas Ai Qing y Xiao San (Emi Siao).

Que despierte el leñador, de Neruda, fue el primer libro latinoamericano traducido al chino, en 1950, de acuerdo con el profesor de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing, Sun Xintang.

A 120 años del natalicio del vate, su legado aún se mantiene vigoroso en la nación asiática, donde se reeditó una versión ilustrada de Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

“Se cumplen 100 años de Veinte poemas…, que fue el segundo libro de Neruda. Apareció cuando él tenía 19 años y ha permanecido hasta hoy vigente. Se han publicado miles de millones de ejemplares. Tiene miles de lectores”, afirmó el director ejecutivo de la Fundación Pablo Neruda, Fernando Sáez.

El poemario, consideró Sáez, refleja “el amor adolescente, juvenil, un amor con toda la pasión, la inocencia y también el drama de la pérdida. Están todos esos temas en el libro y erotismo evidentemente. El primer amor, el amor más inocente en ciertos términos, ingenuos o de entrega completa que se produce a los 15, 14 (años)”.

“Los ingredientes de esos primeros amores, ya sea con lo que significa la pérdida de ese amor o con la mirada de esta ensoñación, no se repiten después en la vida, es muy raro. Quiere decir que todavía el ser humano sigue sintiendo lo mismo que es bonito”, abundó.

El directivo destacó el ejemplar en chino realizado por la editorial Thinkingdom, que se suma a las otras versiones que hay en el idioma.

Impresionado por China

Por su parte, el escritor y experto en la obra de Neruda, Darío Oses, indicó que la atención de Neruda sobre China comenzó antes de su primera visita al país, en 1927.

“La guerra de liberación china es una cosa que necesariamente tiene que haber impresionado a este poeta que era muy prosocialista. Además, fue de la generación de los que celebraron el aplastamiento del nazismo, que también tenía una versión imperialista japonesa”, dijo el también director de la Biblioteca de la Fundación Neruda.

Oses detalló que la primera visita de Neruda a China quedó retratada en su poemario Las uvas y el viento, de 1954, en que versó: “De mar a mar, de tierra a nieve / todos los hombres te contemplan, China / ¡qué poderosa hermana joven nos ha nacido!”.

“Ahí cuenta este viaje que hace al pueblo chino. Le impresiona cómo progresa china con el colectivismo, la incorporación del pueblo a la empresa revolucionaria”, profundizó.

Para Oses, los poemas sobre China en Las uvas y el viento, que evoca la “epopeya china”, es una versión más universal de lo que es Canto general, el gran poema americano del vate chileno.

“Neruda, y yo creo que hasta el final, era universalista. Él, al hablar de los pueblos, no separaba del pueblo chileno que sufría en los socavones de las minas de carbón, con otros pueblos sojuzgados por el imperialismo occidental”, comentó.

Oses recordó que en otra visita al país asiático, Neruda recorrió el río Yangtsé junto al escritor y político brasileño, Jorge Amado; su esposa, la fotógrafa Zeila Gatta, y Ai Qing, con quien se comunicaba en francés.

“Tenía una muy certera capacidad de observación. De alguna manera convive, a pesar de la distancia idiomática, con el pueblo chino, además de estos amigos que se hace”, dijo.

En la actualidad, la Fundación Neruda también conserva otros libros en chino que incluyen obras del artista chileno José Venturelli, también fundamental en los lazos de Chile con el país asiático.

Tanto Venturelli como Neruda fueron artífices del Instituto Chileno Chino de Cultura, fundado en 1952, la primera entidad en América Latina que apostaba por construir una relación con el lejano país.

Con información de Cristóbal Chávez Bravo / Xinhua

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