Acompañado apenas por un puñado de personas y como cualquier turista, el Papa Francisco visitó hoy una muestra de obras maestras del arte ruso montada en una galería aledaña a la Plaza de San Pedro.

Aproximadamente a las 10:00 horas local (09:00 GMT) de este martes, el pontífice llegó hasta el Brazo de Carlomagno para admirar las 54 piezas de la muestra que incluyen cuadros, esculturas e íconos de inestimable valor.

Junto a la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, y la responsable de la Galería Tretyakov de Rusia, el pontífice recorrió durante 40 minutos todas las secciones de la iniciativa titulada “Peregrinaje de arte ruso. De Dionysius a Malevich”.

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Se trata de un gesto especial, ya que hasta ahora Jorge Mario Bergoglio no visitó oficialmente ni siquiera sus galerías, los Museos Vaticanos y, a menudo, se niega a dedicar tiempo a iniciativas artísticas o culturales.

Abierta al público este 20 de noviembre, la exhibición incluye obras de arte de la pintura rusa realizadas entre los siglos XV y XIX, muchas de las cuales han salido por primera vez de museos moscovitas y de otras ciudades de ese país para ser exhibidas gratuitamente en el Vaticano.

Organizada en conjunto por los Museos Vaticanos, la Galería Nacional Tretyakov y el Ministerio de Cultura de la Federación Rusa, será visitable hasta el 16 de febrero de 2019 en unos salones ubicados a un lado de la Plaza de San Pedro.

Según explicaron los curadores, el objetivo de la manifestación es presentar el mensaje cultural y espiritual del arte ruso en el corazón del mundo cristiano occidental.

Con esta se busca replicar el éxito de público registrado por otra muestra titulada “Roma Aeterna. Las obras maestras de la Pinacoteca Vaticana. Bellini, Rafael, Caravaggio”, que mostró 42 obras de la Pinacoteca Vaticano (durante el otoño de 2016) en la Galería Tretyakov, la más grande colección de bellas artes rusas del mundo.

El Papa pudo admirar cuadros como “La aparición de Cristo al pueblo” de Alexander Ivanov, “La Trinidad” de Paisius, el “Dolor inconsolable” de Iván Kramsky, “La vida está en todos lados” de Nikolay Yaroshenko, la “Virgen de Kykkos” de Simon Ushakov y “Más allá de la eterna paz” de Isaac Levitan.

Así como el “Cuadrado negro” de Kazimir Malevich, el “Cristo que porta la cruz” de Mikhail Nesterov; la Célebre obra de Vasily Perov “Retrato de F. M. Dostoevskij”, el “Demonio sentado” Mikhail Vrubel y “Trinidad” de Natalia Goncharova

A estos se suman los íconos “Bautismo”, “Transfiguración”, “No me llores, madre”, “Cristo en el desierto”, “La visión de Eulogio” o “Te alegra”; además del “Cristo en el secreto”, una escultura en madera de Perm del siglo XVIII.

“La belleza crea puentes, acerca culturas distintas y hace todos hermanos. El arte es belleza, en todas sus formas y declinaciones, y absuelve su extraordinaria función en modalidades siempre sorprendentes”, afirmó Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, en la víspera de la inauguración oficial.

 

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