La Secretaría de Cultura y el Colegio Nacional en colaboración, realizan el ciclo denominado “Huehue, diálogos a través del tiempo”, el cual inició sus actividades el pasado mes de junio, y es una llamada a la memoria colectiva de trabajar con los invisibles. Es  un ejercicio que llama a la memoria colectiva para ahondar desde distintos puntos de vista los temas relacionados con nuestra identidad, procesos históricos y bioética, en la que personajes de larga trayectoria contrastan sus puntos de vista con las nuevas generaciones.  

En esta ocasión, en conmemoración del movimiento estudiantil de 1968, se proyectó, como parte del ciclo, las películas Rojo amanecer y Olimpia, de Jorge Fons y José Manuel Cravioto, respectivamente.

Durante la charla “El 68 y el cine”, Jorge Fons reconoció que para rodar la cinta tuvo que hacerlo en un ambiente de censura y represión que todavía imperaba en la década de los 80, lo que lo obligó a filmarla en una bodega, con poco dinero y una precaria escenografía.

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“Había que portarse derechito para estar bien con las autoridades. La apertura era algo a lo que aspirábamos, aunque difícil de lograr. Había un trato demasiado hipócrita y represivo que todo el mundo trataba de romper, de hacerlo a un lado, a veces se lograba y otras se echaba uno para atrás”, recordó.

Aclaró que Javier Robles, autor del guión de Rojo amanecer, se lo ofreció en 1987, luego de haber buscado a otros directores como Gregorio Walerstein, “el zar del cine mexicano”, y nadie quiso realizarla debido a que el tema era Tlatelolco, por lo que dicho proyecto se llevó a cabo de una manera discreta en el que nadie cobró.

En tanto, José Manuel Cravioto, director de Olimpia, película animada realizada con estudiantes de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, entre otros, consideró que de 1968 a 2019 existe una gran pendiente “disfrazada de mucha apariencia de estabilidad, pero salimos a la calle y nos podemos dar cuenta que existen muchos Méxicos, y eso fue lo que me motivó a hacer una película del movimiento estudiantil”.

Ambos directores de cine afirmaron que aceptarían llevar a la pantalla grande temas como el de Ayotzinapa o la marcha feminista, aunque se debe contar con más información sobre esos eventos para comenzar a estructurar una buena historia.

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