“Interruptor” es el título del video performance de la artista escénica mexicana Cristina Maldonado y que será apreciado por un espectador por función, de tal forma que éste logre experimentar una microimprovisación en la que se exploran ritmos, composiciones espaciales, narrativas abstractas y uso del gesto.

Las funciones serán en La Caja de la Ex-Esmeralda (San Fernando 14, colonia Guerrero) del 6 al 9 y del 11 al 14 de septiembre en diferentes horarios, a partir de las 10:00 hasta las 18:00 horas, se informó mediante un comunicado.

La docente en Arte Experimental en el Colegio de Praga y en la Academia de Arte Dramático de Praga explicó que “Interruptor” es un proyecto en el que convergen el uso no común de dispositivos electrónicos y un desfase virtual de lo corpóreo, bajo la consigna de recuperar un espacio de comunicación en el que se propicie la convivencia entre dos desconocidos.

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En esta singular instalación, detalló, el usuario o espectador es invitado a participar en una experiencia abierta, se le dan mínimas indicaciones para orientarlo en el funcionamiento de un dispositivo audiovisual que combina lo virtual con lo real, a través de lo cual podrá entablar un diálogo de imágenes y gestos con el operador o performer.

Maldonado explicó que este peculiar montaje lo creó tras vivir durante muchos años en el extranjero, lo cual la hizo reflexionar sobre la capacidad de comunicación no verbal entre seres humanos, sin importar su cultura.

“Así que esta obra plantea la idea de que no requerimos saber nada acerca de la otra persona (ni siquiera su nombre), tampoco hablar su idioma, para poder colaborar y entablar un diálogo de acuerdos y negociaciones a través de una comunicación no verbal”.

Durante 45 minutos, “Interruptor” establece un territorio donde el espectador y el performer tienen un espacio individual (cada uno está aislado) pero a la vez sostienen un espacio compartido a través de la presencia virtual.

Maldonado se dijo satisfecha con el resultado de su propuesta escénica, porque se convierte en un parteaguas al ser un ejemplo de danza expandida en el que circuitos cerrados de video posibilitan un juego visual en el que el gesto y la composición en el espacio de la mesa se tornan elementos coreográficos.

Este performance se ha presentado en Portugal, República Checa, Armenia, Rusia, Alemania, Rumania y México.

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