“Noviembre” es uno de esos libros que mientras se escribe no se atisba lo que traerán consigo. A su autor, el poeta salvadoreño Jorge Galán, le costó el exilio en España y amenazas de muerte por abordar, desde la ficción, el asesinato de 6 sacerdotes jesuitas ocurrido en El Salvador en 1989.
“Cuando uno escribe un libro no espera que sucedan ciertas cosas”, dijo a EFE el poeta y novelista Jorge Galán (1973, San Salvador), seudónimo literario de George Alexander Portillo Galán, que asiste como invitado a la XIX Feria Internacional del Libro de Panamá (FIL 2023).
Lo que quería “contar” Galán en su novela “Noviembre”, editada por Planeta (2015) y Tusquets (2016), era básicamente el asesinato de los jesuitas en El Salvador, pero nunca imaginó que acabaría “declarando” en un juicio de lesa humanidad en la Audiencia Española sobre este caso, además de recibir amenazas, aunque no las considera “ni siquiera reales”.
Aun así, con la publicación del libro se dieron una “serie de hechos” que lo obligaron a realizar “ciertas acciones”, como irse a España, donde estuvo desde 2015 hasta finales de 2018.
“De 200 mensajes habría dos o tres que hubieran sido reales, y la gran mayoría eran puros ‘bluffs’, de gente que quería hacerte sentir mal, pero el libro ni siquiera había llegado a El Salvador cuando ya habían llegado los primeros mensajes”, indicó.
Considera que esos mensajes eran “más de gente dolida porque se hablara sobre el tema, que porque hubieran leído el libro”.
“Eso me impactó un montón, esa cantidad de odio y esa clase de odio que tenía la gente (…), me impactó muchísimo, es un periodo sombrío para mí, un mal recuerdo, pero no cambiaría ni una coma del libro, de lo que dice el libro y de lo que cuenta”, expresó.
El 16 de noviembre de 1989, cinco días después de que la entonces guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) lanzara la ofensiva “Hasta el tope” en la capital, un comando élite del Ejército salvadoreño segó la vida de los jesuitas en el campus de la Universidad Centroamericana (UCA).
Las víctimas fueron los españoles Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Amando López y Juan Ramón Moreno y el salvadoreño Joaquín López, la trabajadora de la UCA Elba Ramos y su hija de 16 años, Celina Ramos.
Galán, autor de la trilogía “El país de la niebla” (de la que presentó en la FIL de Panamá “El domador de tornados”, que la cierra), confiesa que “Noviembre” es una “novela para adultos”, pero que en realidad la escribió “pensando en la gente de 18,19, 20 años que no tenía mucha idea de lo que había pasado”, y que lo hizo “con esa intención”.
El autor salvadoreño, premio Casa de América 2016 por el poemario “Bajo la interminable noche de noviembre” y premio Iberoamericano de Poesía Jaime Sabines 2011 por “El estanque colmado”, asume que lo que ocurrió con las amenazas tiene que ver con escribir “sobre un tema realista, sobre lo que ocurre en tu realidad”.
“Lo que sucede es que en una sociedad menos violenta no hubieran pasado estas cosas, de hecho, en el libro no hay ni una sola opinión mía, lo que hago es contar, recrear la historia. En realidad no era mi opinión, era simplemente dar cuenta de los hechos en específico (…) que habían sido contados por la Comisión de la Verdad”, aclaró.
EL SALVADOR ACTUAL
Para el multipremiado escritor salvadoreño es “innegable” que en el último año en su país han sucedido cosas que, dijo, “no podemos obviar”, en el que se ha vivido un período “un poco complicado” con “muchísima gente en la cárcel ahora, delincuentes, miembros de pandillas”.
Se asegura que se está llegando a los “70.000 presos”, lo cual, manifestó, “obviamente” impacta en una sociedad como la de El Salvador, donde “ahora mismo hay un ambiente un poco diferente” al de antes.
Añadió que “uno se pregunta qué va a suceder a posteriori, o sea cómo se va a resolver legalmente esa situación, es una pregunta que nos hacemos muchísimas personas, pero de momento -reiteró- el clima es un poco distinto, un poco más distendido que hace dos o tres años”.
El galardonado también con el Premio Adonais de Poesía 2006 por “Breve historia del alba”, señala que “no se puede obviar tampoco que aunque la violencia ha cesado, no totalmente pero sí en gran parte, la crisis económica sigue ahí y la gente sigue marchándose del país porque no hay empleo, o los empleos son mal pagados”.
“La gente sigue no pudiendo comprar una casa, no pudiendo tener una vida digna, eso sigue ahí, pero el hecho de que vivíamos en una sociedad tomada por la violencia y que esa violencia haya disminuido hasta casi desaparecer, influye en el ánimo de la ciudad, y eso se nota, se nota mucho con la gente que dice ‘ahora puedo ir al centro de la ciudad, ahora puedo entrar a tal colonia (asentamiento)”, remarcó.
Entonces, reflexiona Galán, instalado de vuelta en El Salvador: “Qué quisiéramos los que vivimos ahí… que eso decantara en una sociedad en la que se tuviera un mejor desarrollo”.
“Eso es lo que esperamos, es muy pronto para saberlo porque eso está sucediendo ahora mismo. Vamos a ver qué sucede en dos, tres, cuatro años, si esa falta de violencia decanta en otras cosas, pero por el momento hay esa sensación de la gente que está más animada, menos temerosa obviamente, pero falta mucho todavía por ver”, afirmó.