En honor a los sobresalientes logros y la infinita curiosidad fue dedicada la “vibrante” música del Concierto del Premio Nobel, nuevamente con público en la Konserthouset Stockholm y que se transmitió en vivo a todo el mundo gracias a Internet.

“Dos artistas carismáticos”, la violonchelista Sol Gabetta y el director Ryan Bancroft fueron las figuras estelares junto a la Royal Philarmonic Orchestra. “Es un placer estar en esta bella sala, con todos ustedes de alrededor del mundo. Queridos laureados, este concierto es para ustedes”, fueron las palabras de bienvenida de Laura Sprecmann, directora del galardón.

Excélsior, obertura del compositor sueco Wilhelm Stenhammar, quien fue una fuerza detrás de la construcción del edificio sede de la orquesta anfitriona. El resto del programa estuvo integrado por el Concierto para violonchelo número 1, de Camille Saint-Saëns, “probablemente la más bella música escrita para el instrumento”; Los cazadores de chispas, de Hannah Kendall, compositora que muestra su herencia inglesa y afrocaribeña, y finalizó con Capricho español, de Nikolai Rimsky-Korzakov.

Anuncios

El Concierto del Premio Nobel es parte de la semana oficial en honor a los galardonados, realizado anualmente invita a destacados solistas y directores de orquesta. Este año, las festividades en las ciudades de Estocolmo y Oslo serán una combinación de presenciales y digitales, además de que muchas de ellas serán transmitidas en línea, como ocurrirá con la ceremonia de premiación el próximo viernes, desde el ayuntamiento de la capital sueca.

Sol Gabetta, chelista franco-argentina de 41 años, resplandeció el escenario con un vaporoso y amplío vestido en ondas de color mostaza y ocre , como en honor a su nombre de astro rey. Al interpretar el primer concierto para violonchelo escrito por el francés Saint-Saëns sonreía complacida, con los ojos cerrados la mayor parte del tiempo.

Te puede interesar: Miguel Bosé afirmó que la pandemia le “quitó” su carrera

El director de orquesta estadunidense Ryan Bancrotf ocupó el podio sin la clásica batuta en mano, enfundado en atuendo negro sencillo y con cuello mao, en contraste con los músicos de la orquesta, elegantemente en frac negro y moño blanco. Recientemente fue nombrado director titular de la Real Orquesta Filarmónica de este país nórdico para la temporada 2023/24. La noche con motivo del Nobel fue su primera presentación pública con la agrupación.

El músico de 32 años creció en Los Ángeles, destacó en 2018 cuando ganó el primer premio y el premio del público en el Concurso Malko para Jóvenes Directores en Copenhague. En su debut en Estocolmo extendía sus brazos como un ballet apasionado de cisnes o una danza odishi, la dulzura en el rostro para suavizar la intensidad. Al final, recibió una prolongada ovación de seis minutos. Aunque regresó al escenario, no concedió un encore ante la demanda rítmica de las palmas.

El sonido de tambores inició la velada, con el himno real sueco en un momento de gran solemnidad ante el ingreso del monarca Carlos XVI Gustavo, quien ocupó el palco central de la Konserthouset Stockholm, la sala de conciertos en la capital sueca que nuevamente recibió al público, pues el año pasado se grabó a la orquesta con el foro vacío. Esta vez las imágenes mostraron el espacio lleno, sin distanciamiento y tan solo algunos portando mascarilla. El edifico de fachada azul, con arquitectura neoclásica, tiene una capacidad de 1770 asientos.

El concierto quedó grabado en YouTube, para quien quiera asistir desde su pantalla a la celebración de los logros de la ciencia, la literatura y la paz. “Algún día estaré dormido cuando reciba la llamada”, escribió uno de los asistentes virtuales en el chat. Mientras que otros saludaban desde sus países: India, Colombia, Inglaterra, Turquía, Paquistán, Irán, pasando lista. Alguien más, simplemente opinó: “un poco de buena música para calmar el alma”.

Publicidad