Un equipo de arqueólogos del Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana descubrió nueva evidencia que les permitió determinar el origen de dos antiguas iglesias cristianas excavadas hace más de un siglo en la ciudad portuaria de Adulis (Eritrea), en la costa del mar Rojo, informa la Universidad de Cambridge (Reino Unido).

Luego de realizar nuevas excavaciones y reexaminar con modernas técnicas de datación por radiocarbono los templos, una catedral descubierta en 1868 y una iglesia abovedada en 1907, los arqueólogos lograron reconstruir con precisión su historia.

Según detallan en una investigación publicada en la revista Antiquity, los nuevos datos indican que las iglesias fueron construidas durante el mandato del rey Ezana, quien adoptó en el siglo IV el cristianismo como religión oficial del reino de Aksum, que dominó gran parte del norte del Cuerno de África durante el primer milenio de nuestra era.

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Los resultados de los nuevos análisis revelaron que la construcción de la catedral inició entre los años 400 y 535, mientras que la iglesia abovedada comenzó a erigirse entre el 480 y el 625. Esta datación las convierte en los templos cristianos aksumitas más antiguos de los que se tengan registro fuera de la capital del reino, Aksum.

Los resultados de las últimas investigaciones, apuntan los expertos, demuestran que la expansión del cristianismo no fue el resultado de un único factor, como un mandato del rey Ezana, ya que en ellas fueron encontrados diversos elementos que sugieren la influencia de distintas tradiciones.

Así, la iglesia abovedada, destacan, “es única en el reino de Aksum y parece inspirada en las iglesias bizantinas. Por su parte, la catedral está construida sobre una gran plataforma de tradición aksumita”.

“Disponer de una cronología precisa de estas iglesias es clave para comprender cómo el proceso de conversión al cristianismo configuró el área geográfica y cultural”, comentó Gabriele Castiglia, líder de la investigación. Del mismo modo, agregó, arroja nueva luz sobre la posterior llegada del islam en la región, ya que la catedral fue reapropiada y utilizada como cementerio por la población musulmana.

Según concluyen los expertos, el uso continuo de los espacios sagrados podría sugerir que la conversión del cristianismo al islam “también fue un fenómeno multicultural, en el que las costumbres locales se mezclaron con la nueva religión”.

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