El esqueleto completo de un niño, que se habría refugiado en las Termas Centrales de Pompeya para escapar de la erupción que en el año 79 de nuestra era destruyó la ciudad romana, fue encontrado en una zona nunca antes abierta al público de ese sitio arqueológico.
“Se trata de un descubrimiento extraordinario”, comentó el director del Parque Arqueológico de Pompeya, Massimo Osanna al dar a conocer la noticia.
Según la reconstrucción de los expertos, el menor, que al momento de su muerte tenía entre 7 y 8 años de edad, corrió a refugiarse en las Termas Centrales cuando en agosto del año 79 de nuestra era el volcán Vesubio hizo erupción.
El niño se escondió en ese lugar para escapar de la lluvia de fragmentos de material volcánico que se abatió sobre la ciudad. Por la colocación en que fue encontrado el esqueleto, el menor se encogió y se apoyó contra la pared en espera de que finalizara el fenómeno.
Parecía haberse salvado, porque el edificio no se desplomó bajo el peso de la piedra pómez, pero después de algunos minutos llegó la colada de lava y gas y la nube ardiente lo sofocó de forma instantánea.
Posteriormente ese “flujo piroclástico”sumergió a las Termas, se endureció y las pietrificó dentro de una cáscara sólida de la que emergieron casi dos milenios después.
También los restos del menor quedaron atrapados en esa mezcla de material volcánico solidificado y fueron detectados en febrero pasado, cuando los arqueólogos decidieron hacer una videoendoscopia de las Termas, en proceso de restauración.
Según Osanna, desde hace 20 años no se encontraba ningún esqueleto humano en las ruinas de Pompeya y desde hace 50 no se descubría el de un menor.
“Pensabamos que era una área que ya había sido completamente excavada en el siglo XIX”, dijo.
Explicó que el esqueleto fue sacado el martes pasado y trasladado al laboratorio de investigaciones aplicadas del Parque Arqueológico, donde será sometido al análisis del ADN para determinar sexo, edad exacta y eventuales enfermedades o malformaciones.
“Las investigaciones sobre los restos de la pequeña víctima serán fundamentales para reconstruir la composición y el estado de salud de los habitantes de Pompeya en el año 79 después de Cristo. Los resultados obtenidos podrán dar nuevas contribuciones al conocimiento de la historia de la ciudad”, declaró la responsable del Laboratorio, Alberta Martellone.