Un equipo binacional de arqueólogos de la Universidad Christian Albrecht de Kiel, en Alemania, y del Instituto Arqueológico de Eslovaquia encontraron una acumulación de esqueletos humanos, en su mayoría decapitados, dispuestos alrededor de un asentamiento neolítico en Vráble (Eslovaquia). El área, de aproximadamente 50 hectáreas, constituye uno de los mayores asentamientos de la Edad de Piedra de Europa Central. Una de las tres urbanizaciones de la zona fue fortificada con una o dos zanjas, algo absolutamente excepcional para ese momento (5250-4950 a. C.), según comunicaron los investigadores recientemente.
En las trincheras o sus alrededores, los investigadores descubrieron tumbas regulares, pero también esqueletos humanos depositados o arrojados sin cuidado al fondo de la zanja. En una fosa, cerca de una de las entradas, se exhumaron 35 esqueletos, muchos de ellos, de adolescentes. Los cuerpos yacían originalmente en varias posiciones: boca arriba, boca abajo, de lado, algunos estirados, como en una posición de “rana”, etc. A casi todos les faltaba la cabeza. Solo se encontraron el cráneo de un niño y una parte de un trineo. Varias fracturas originales ya eran visibles en los huesos durante la excavación.
Te puede interesar: Encuentran el registro más antiguo del mundo de uso de opio
Pocos objetos fueron encontrados con los esqueletos, entre ellos, algunos dientes humanos perforados, que podrían haber sido parte de algún tipo de amuleto. Los investigadores intentan descifrar en los laboratorios si fueron personas asesinadas, víctimas de una epidemia o si los huesos hallados corresponden a los restos de cultos ceremoniales.
También están interesados en saber si eran individuos con vínculos genéticos mutuos, si las cabezas fueron separadas forzosamente (cortadas), o su separación se produjo solo después de la descomposición del cuerpo.
Los arqueólogos tendrán que descifrar otros interrogantes relacionados con la categorización social de los entonces habitantes, con la naciente desigualdad social en las condiciones de las primeras sociedades agrícolas, y quizás también reconstruir su forma de funcionamiento. Por supuesto que tratarán de revelar también las causas de la desaparición de esta gran aglomeración que llegó a tener más de 300 casas comunales. En etapas individuales del funcionamiento, probablemente, habrían entre 50 y 70 casas funcionando al mismo tiempo.
