El deseo de Pepe Soho, ganador de la medalla de oro del World Photographic Cup (WPC) 2017, realizado en Japón, por su imagen “Believe”, es que las nuevas generaciones se inspiren con su obra y más aún, la superen, motivados por su experiencia profesional, sus logros, y el profesionalismo con que hace cada fotografía.

Aunque reconoció que la fotografía mexicana cruza por un gran momento, especialmente en la categoría de naturaleza, y cada día hay más paisajistas, aconsejó a quienes se inician en el apasionante mundo de la imagen viva que se armen de formación académica, valor y paciencia, y hagan acopio de todo su talento y vocación para lograr los mejores retratos.

Entrevistado por Notimex en ocasión de la apertura de su exposición “Vida”, en la Galería Abierta de las Rejas de Chapultepec en esta ciudad, donde permanecerá hasta el próximo 29 de julio, Soho recordó que en los últimos cuatro años México ha quedado en tercero, quinto, cuarto y tercer lugar, respectivamente, en diferentes categorías de ese certamen.

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En 2017, el fotógrafo mexicano compitió con colegas de 26 países de cuatro continentes, cantidad de artistas de la lente quienes hicieron del concurso el certamen de fotografía a nivel mundial más importante en la actualidad. “Mi mayor deseo es que nuevos jóvenes salgan a las calles con sus cámaras, motivados por el triunfo que obtuve el año pasado”.

El entrevistado miró hacia atrás para recordar que desde niño mostró sensibilidad artística y una mente muy activa. Tras varios años de estudiar música, desempeñó sus habilidades como baterista en foros de Los Ángeles y en la Ciudad de México. Después cambió su enfoque hacia el diseño, creando la marca de ropa, “Soho”, que fue icono en la moda.

Luego incursionó en el medio empresarial del entretenimiento creando el famoso club “Love”; sin embargo, ese largo y arduo trayecto profesional fue física y emocionalmente desgastante, llevándolo a la decisión de viajar en plan de aventura a la India en busca de la paz que sentía haber perdido debido a las larguísimas jornadas de trabajo cotidiano.

Durante ese viaje tuvo un grave accidente al caer de un caballo, lo que marcó el principio de una etapa sombría en su vida, después de tres años de ver su salud deteriorarse, perdió la ilusión de vivir. Como un aviso celestial, y en medio de esta terrible depresión, compró una cámara de bolsillo y se fue con su perro a fotografiar el bosque de Chapultepec.

Meses después, se inscribió a una escuela de fotografía en la Ciudad de México, para luego culminar sus estudios en el reconocido ICP de Nueva York. Decidido a poner en práctica sus conocimientos en materia de fotografía digital, emprende un viaje de tres años por gran parte del mundo, recorriendo más de 20 países en cuatro continentes.

“La fotografía es más que una cámara; la tecnología facilita esa actividad, pero el talento, la sensibilidad, y la vocación natural que proporciona el “ojo clínico”, es lo que realmente hace el trabajo”, explicó, y añadió que a pesar de que conoció y uso desde los 15 años las cámaras análogas, se hizo fotógrafo profesional hace seis años ya con el uso de lo digital.

“De chavo, por afición, me hice fotógrafo con el sistema análogo y tenía mi cuarto oscuro en mi casa. Fui fotógrafo durante aproximadamente un año y supe lo difícil del manejo de los químicos reveladores y fijadores, pues la foto se veía hasta que estaba impresa. Luego dejé de fotografiar años y tras el accidente regresé a esta actividad ya con equipo digital”.

Pepe Soho describió sus fotografías como una carta de amor hacia la naturaleza, ya que a través de ella logró sanar su vida para ahora dedicarle un continuo homenaje. Su obra ha sido adquirida para colecciones en México, España, Alemania, Estados Unidos y Canadá, entre muchos otros países, y hoy lleva la belleza del paisaje mexicano por todo el mundo.

Desde su perspectiva y experiencia profesional, la fotografía es más que una cámara; la tecnología facilita esa actividad, pero el talento, la sensibilidad, y la vocación natural que le proporciona el “ojo clínico”, es lo que realmente hace una gran fotografía, aseveró más adelante, rodeado de familiares, amigos y transeúntes que comenzaron a admirar “Vida”.

Quien asiste actualmente a un determinado lugar puede tomar fotografías con su teléfono celular, explicó, pero advirtió que para hacerlo realmente de manera profesional, hay que ir a ese sitio, trabajar mucho para hallar la composición y una vez encontrada, repetir la visita durante semanas, meses y hasta años, hasta encontrar la luz y el momento perfecto.

Al ver sus fotografías, algunas personas le han comentado que ellas estuvieron en ese sitio y captaron una imagen prácticamente desde el mismo ángulo. Él contesta que si esas personas hubieran estado ahí un año y esperado la fracción de segundo precisa, habrían logrado una excelente fotografía, además, para lograrlo se requiere equipo y bases académicas.

“Una buena fotografía es la suma de la paciencia, el ‘ojo clínico’ y la interpretación que cada persona quiere dar a determinado paisaje, pues hay mil maneras diferentes de fotografiar un mismo lugar; en ningún campo de la actividad humana no hay forma de suplir con tecnología el trabajo arduo que hace el ser humano”, concluyó el entrevistado.

La exposición “Vida”, de Pepe Soho en la Galería Abierta de las Rejas de Chapultepec, sobre el Paseo de la Reforma muy cerca del Museo de Antropología, está integrada por 60 fotografías de gran formato que el artista tomó en Islandia, África, la Antártida, la Patagonia y México y se puede visitar gratuitamente hasta el 29 de julio entrante.

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