Escenas, palabras y gestos anónimos en centros comerciales, salas de espera, vagones de metro o peluquerías… Annie Ernaux ofrece una colección de instantáneas de la vida cotidiana en Diario del afuera (1985-1992), que acaba de publicar en España Cabaret Voltaire.

«Se descubre más de uno mismo proyectándose en el mundo exterior que en la introspección de un diario íntimo», escribe la Premio Nobel de Literatura 2022 en el prólogo del libro, editado originalmente por Gallimard en Francia en 1993.

Aunque la francesa Annie Ernaux es conocida como escritora autobiográfica y ha abordado en su obra experiencias propias, como el aborto, el alzhéimer de su padre o la pasión desmedida por un hombre más joven, se trata siempre de un yo que busca a los otros, según dijo tras recibir el Nobel, y en este libro esa búsqueda se plasma aún con mayor claridad.

Diario del afuera lo empezó a escribir al mudarse en 1985 a Cergy, ciudad de la periferia parisina donde sigue residiendo, un entorno que al principio le resultaba ajeno pero que poco a poco le revela sus hallazgos.

Hay ancianas que tiran de refranero y jóvenes que escuchan enmudecidos con las manos en los bolsillos, mujeres que hablan solas en el supermercado o que avanzan con decisión por un centro comercial, rodeadas de maniquíes ceñidos y melenudos. Hay clientas que humillan a cajeras y mendigos que captan la atención del paseante cantando a Edith Piaf, mientras que otros con menos habilidades son ignorados.

Ernaux escribe sobre todo lo que despierta en ella emoción, desconcierto o indignación. «No se trata de un reportaje ni de un estudio de sociología urbana, sino de un intento de captar la realidad de una época. Creo que es en la forma de mirar qué hay en los carritos junto a las cajas de un supermercado, en las palabras que se pronuncian para pedir un filete o apreciar un cuadro, donde se leen los deseos y frustraciones, las desigualdades socioculturales».

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