Ciudad de México. La secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, envió este miércoles una carta a la diseñadora francesa Isabel Marant, en la que le solicita explique públicamente “con qué fundamentos privatiza una propiedad colectiva, haciendo uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado, y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades creadoras”.
La misiva hace referencia a varias prendas de la colección Etoile otoño-invierno 2020-21, diseñadas “con elementos culturales de pueblos originarios de México”.
Te puede interesar: Narrativa, una forma de proyectar mundos más feministas: Anel Pérez
Frausto argumentó en la misiva enviada a Marant que un principio de consideración ética, local y global “nos obliga a hacer un llamado de atención y poner en la mesa de la discusión pública un tema impostergable: proteger los derechos de los que históricamente se han invisibilizado”.
Detalla que en la ropa de la francesa (blusas, abrigos y suéteres) “se utilizan elementos de la cultura e identidad de las comunidades purépechas de Michoacán y otras, como San Miguel Chiconcuac y Gualupita en el estado de México; San Bernardino Contla en Tlaxcala; la ciudad de San Luis Potosí, y Teotitlán del Valle en Oaxaca, entre otras”.
Como ejemplo, la funcionaria menciona la capa llamada “gabin” por la diseñadora, en la que se imita la geometría y proporciones de los sarapes y jorongos mexicanos.
“En la colección Etoile otoño-invierno 2020-21 aparecen diseños pertenecientes a la cultura purépecha de Michoacán. Algunos símbolos que usted tomó tienen un profundo significado para esta cultura, cuyo idioma no tiene ningún parentesco lingüístico con otra lengua del mundo. Esta simbología es muy antigua y se ha conservado gracias a la memoria de los artesanos creadores.
“La capa ‘gabin’ imita, en primer lugar, el color intermedio para el fondo, lo cual permite que contrasten con mayor contundencia las figuras geométricas, tejidas en blanco y negro. En segundo lugar, usa franjas más oscuras y claras a tramos regulares a lo largo del lienzo, estableciendo un ritmo en la prenda. En tercer lugar, teje un diseño de cenefa cerca de la orilla inferior, con frecuencia una greca. En cuarto lugar, las proporciones entre las franjas oscuras y claras en la capa, e incluso su grosor irregular, concuerdan con los sarapes mexicanos. Las tres figuras geométricas (la greca serpenteante, las pequeñas mariposas y el rombo escalonado) son ubicuas en los sarapes mexicanos; por todo lo anterior, usted no puede argumentar que el diseño proviene de otra región del mundo, porque la correlación entre los colores, las franjas y las figuras en el ‘gabin’ es exclusivamente mexicana”.
Ese abrigo, ayer por la tarde, ya no aparecía en la página oficial de la diseñadora (https://www.isabelmarant.com/mx), pero sí se podía ver en la tienda en línea Farfetch (https://www.farfetch.com/) a un precio de 605 euros. En el portal de Marant se ofrecen los suéteres blancos con grecas “estilo Chinconcuac”, para dama y caballero, sin ninguna mención de que se trata de diseños de inspiración en símbolos de comunidades indígenas mexicanas.
“Desde la Secretaría de Cultura de México la invitamos a desarrollar un trabajo respetuoso con las comunidades indígenas dentro de un marco ético que no socave la identidad y la economía de los pueblos y apegado siempre a un comercio justo que coloque en un plano de igualdad a los creadores indígenas, empresarios y diseñadores”, puntualizó la secretaria de Cultura en su carta, en la que también le recordó a la diseñadora que no es la primera vez que se utilizan elementos tradicionales mexicanos, poniendo como ejemplo que en 2015 plagió diseños de las mujeres mixes de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca.
En un comunicado, esa instancia informó que “en línea con el reconocimiento al valor patrimonial de estos diseños, la Secretaría de Cultura, por conducto de la subsecretaria de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura, Natalia Toledo Paz, se trasladó a Santa Clara del Cobre para dialogar con artesanos de algunas de las comunidades purépechas de Michoacán, respecto a esta situación”.
A través de la Secretaría de Gobernación se dará seguimiento al caso de Marisela Escobedo y el asesinato de su hija Rubí, aseveró el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien calificó que el homicidio de Marisela frente al Palacio de Gobierno en Chihuahua fue atroz.
Hace una semana, los senadores de Morena Susana Harp y Casimiro Méndez fueron los primeros que denunciaron que Marant plagió patrones de diseño y colores naturales de gabanes purépechas y de otras comunidades de Michoacán para su línea de ropa y accesorios textiles lanzada en el mercado europeo.
Los diseños fueron colocados bajo la tribuna del pleno senatorial. En conferencia de prensa, los legisladores informaron que un gabán artesanal mexicano cuesta mil 500 pesos, mientras la capa de manufactura francesa es vendida en al menos 14 mil 251.
Ese mismo día, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) condenó el plagio de la propiedad intelectual, las expresiones artísticas y culturales de los pueblos indígenas de México.
Harp, presidenta de la Comisión de Cultura, invitó a los legisladores a firmar el pronunciamiento contra el plagio de diseños mexicanos y recalcó: “observamos con tristeza que nuevamente Marant ha copiado diseños originales de las culturas tradicionales mexicanas para obtener beneficio económico, sin retribuir ni reconocer a las culturas originarias, a quienes corresponde la titularidad del derecho de estos diseños”.
Harp anunció que pedirán el apoyo del canciller Marcelo Ebrard para que se haga un convenio con Francia a fin de que la colección textil de la diseñadora Marant salga del mercado.