Inspirada en su vida y obra, la película “Dolor y gloria”, en la que el director español Pedro Almodóvar desnuda sus memorias con toques de ficción, se estrenará este jueves en México.
La historia, según algunos de los protagonistas, salió desde el fondo del corazón del artista manchego, quien revela ese amor interno por el cine y que anhelaba contar a esos públicos que lo admiran, al tiempo que representa una verdad aplastante.
Con este filme, protagonizado por dos de los actores que lo han acompañado durante varias aventuras cinematográficas, Antonio Banderas y Penélope Cruz, Almodóvar compitió por la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes, donde tuvo una buena recepción de la crítica especializada.
El realizador de Todo sobre mi madre, Volver, Los abrazos rotos, La piel que habito y Julieta presentó su filme en Cannes en el que narra una serie de reencuentros en la vida de un cineasta en su ocaso, “Salvador Mallo”, interpretado por Banderas.
Los acontecimientos están impregnados de un toque personalísimo del cineasta, y abordan desde su infancia, en los años 60, cuando emigró con sus padres a Paterna, un pueblo de Valencia, en busca de prosperidad; el primer deseo y su primer amor adulto en el Madrid de los años 80.
Además, narra el dolor de la ruptura de este amor cuando todavía estaba vivo y palpitante; la escritura como única terapia para olvidar lo inolvidable; el temprano descubrimiento del cine y el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando.
En Cannes, Almodóvar junto con el reparto de la cinta fueron ovacionados tras la presentación del largometraje, el cual fue considerado por la crítica como el mejor trabajo del realizador en los últimos años, que muestra el punto más maduro de sus casi cuatro décadas de carrera.
El cineasta explicó que el trabajo fílmico tiene fuertes referencias autobiográficas; sin embargo, no todo lo muestra “Salvador Mallo”, ni lo vivió él de la misma manera.
“La película nace de mí mismo y me representa íntimamente en todos los sentidos, pero yo no he vivido exactamente las cosas que ha vivido el personaje de Antonio ni de ese modo, he estado en todos los caminos, pero no siempre los he seguido en la misma dirección. Es ficción basada en ti mismo”, señaló Almodóvar en fecha reciente al programa español radiofónico Hoy por Hoy.
Antonio Banderas, su álter ego con el papel de “Salvador Mallo”, ganó el premio al Mejor Actor en el pasado Festival de Cannes; la crítica destacó la capacidad interpretativa del histrión, a pesar de que muchas escenas se limitaron a diálogos cortos.
“En esta película me ha sorprendido Antonio. El lenguaje corporal que utiliza es inédito, la tesitura era estar lo más pasivo posible, porque vive en una situación semidepresiva, muy aislado y enfrentándose realmente a toda su vida y pasado, todo eso no exigía ni grandes gestos, ni miradas intensísimas y lo logró”, indicó Almodóvar.
Banderas, quien comparte una amistad con el director de cine de cuatro décadas, indicó en una entrevista en Miami, pocos días después de su triunfo en Cannes, que le sorprendió el aspecto confesional que contenía el guion.
El actor ha trabajado en ocho ocasiones con Almodóvar en cintas como Laberinto de pasiones (1982), Matador (1986), La ley del deseo (1987), Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) y ¡Átame! (1990), entre otras.
A su vez, Penélope Cruz interpreta a su madre durante su infancia en los años 50, con una narración intercalada en la que el realizador muestra el nacimiento de su sexualidad y también la fuerza de su carácter.
Durante una alfombra roja en España la actriz destacó la calidad de la cinta a la que calificó como “un peliculón, me parece tan valiente y personal. Tuve la oportunidad de conocer a la mamá de Pedro, tenía una personalidad muy peculiar con mucha gracia, muy brillante como él, lo quería muchísimo. Ha sido todo un honor interpretarla”.