La ampliación del precio único en todo el país para las novedades editoriales, de 18 meses a 36 meses, y la tasa cero para las librerías, que permita a estos recintos recuperar el IVA que pagan, son los dos principales pendientes legislativos que el sector editorial mexicano espera sean atendidos en septiembre y aprobados a la brevedad.
En esto coinciden, en entrevistas por separado, Juan Luis Arzoz Arbide y Georgina Abud Pérez-Porrúa, presidentes de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) y de la Asociación de Librerías de México (Almac), respectivamente, quienes destacan que han estado trabajando “muy fuerte” con las comisiones de cultura de las cámaras de Diputados y Senadores.
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Estas medidas ayudarían mucho a la industria editorial a recuperarse de la situación atípica e inesperada que enfrenta a raíz de la emergencia sanitaria provocada por el covid-19”, afirma Arzoz Arbide, quien considera que las ventas del sector se han derrumbado en un 70 por ciento en los últimos tres meses por el paro en la producción.
En este incierto panorama, agrega Georgina Abud, quien observa una baja de hasta 80 por ciento en la venta de libros, hoy reabrirán sus puertas en la Ciudad de México los 200 puntos de venta que tienen los 65 libreros que pertenecen a la Almac, entre ellos Gandhi, Porrúa, El Péndulo, El Sótano, Educal y la Casa del Libro.
Estamos preparados con todas las medidas sanitarias. La limitante es que haya menos de cinco empleados por local para poder abrir al público. Es una medida sensata. Cualquiera puede abrir. Sólo debemos seguir el protocolo: tapetes sanitizantes para limpiarse los pies, marcas en el piso indicando la circulación, acrílico en los mostradores, cuidar la sana distancia, gel para las manos, cubrebocas y un máximo de clientes, dependiendo de las dimensiones del lugar”, afirma.
La promotora cultural dice que esperaban con ansia esta reapertura y que poco a poco se irán reactivando los 375 puntos de venta que tienen en el país, “pero la mayoría abre hoy”.
En cuanto a la tasa cero, la presidenta de la Almac explica que “las librerías estamos en un régimen fiscal de desventaja, sobre cualquier otro comercio. En el caso de los productos sin IVA, como las medicinas o una carnicería, por ejemplo, ellos sí están en el régimen de tasa cero, en el que al final del ejercicio fiscal se les regresa el IVA que pagaron en rentas, transporte y servicios.
Nosotros somos el único comercio, el único, que tiene un régimen exento; es decir, pagamos IVA, pero no lo podemos recuperar al final del ejercicio. Entonces, el IVA que pagamos se va directo a gastos y todo nos cuesta el 16 por ciento más”, detalla.
Indica que la lucha por la Tasa Cero para las librerías la empezaron de manera formal hace tres años. “El año pasado, la propuesta entró a la Cámara de Diputados y nos escucharon, hubo empatía. Pero en ese momento estaba la indicación de no mover los impuestos y se quedó en pausa, con el firme compromiso de revisarlo este 2020.
Pero ahora, desafortunadamente, todos solicitan el apoyo del gobierno. Y estamos desesperados, porque nosotros teníamos desventaja desde antes. No pedimos beneficios, sino equidad”, aclara quien advierte que tras la pandemia es probable que el 50 por ciento de las librerías no vuelvan a abrir.
El desplome que ha habido en el comercio de libros es impactante. Y no olvidemos que no podemos hablar de un pueblo con pensamiento crítico, si no hay libros de por medio”.
EL PRECIO ÚNICO
Por su parte, Juan Luis Arzoz espera que en septiembre se analicen y voten en el Congreso ambas iniciativas, la ampliación del precio único y la tasa cero para las librerías. “Hay voluntad de que salga y será de mucha ayuda para las librerías y el sector editorial”.
Destaca que el que las novedades editoriales tengan un mismo precio de venta en todo el país, durante los próximos 18 meses a su lanzamiento, ya está garantizado por la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro vigente desde 2008. “Ahora estamos proponiendo que este precio se mantenga durante 36 meses, esto robustecería mucho a la industria, porque no se podrían aplicar descuentos hasta entonces”.
Detalla que la propuesta está en el Senado. “Pasó por la Comisión de Cultura con el cien por ciento de aprobación. Falta que se suba al pleno, que se vote y de ahí iría a la Cámara baja para su consideración. Así que septiembre será un mes clave”.
El editor agrega que habría un nuevo reglamento a raíz de esta modificación a la Ley del Libro, pero para el resto de la legislación, sólo se necesita que se cumpla la ley actual”.
Otra de sus preocupaciones es que la Ley del Libro vigente observa la formación de un consejo para el fomento del libro y la lectura, que no se ha reunido desde que arrancó este gobierno.
La Secretaría de Cultura federal es la líder del consejo y ellos tienen que convocar a los miembros, como la Caniem, el Fondo de Cultura Económica y la Dirección General de Bibliotecas, entre otros. Nos gustaría que convocaran a una reunión este mes, puede ser virtual, para definir las políticas públicas de compra de libros”, añade.
Queremos saber cuál será la política pública hacia el libro, para las Bibliotecas de Aula y Escolares, que nos incluyan en la estrategia nacional de lectura para impulsar la industria editorial, la bibliodiversidad. Que se activen las relaciones en breve”, señala.
Debemos trabajar juntos para que se recupere la industria editorial, que será poco a poco, creo que en diez meses estaremos mejor si nos apoyamos”, concluye Juan Luis Arzoz.