La artista multidisciplinaria y directora de escena Elia Domenzain hace unas semanas se sumó a la marcha por el Día Internacional de la Mujer, desde el lugar que mejor sabe hacerlo: el arte. “Fue una oportunidad para manifestarnos. Desde aquí, convocamos a nuestra propia marcha escénica performática”, dijo en entrevista al término de la primera función de Q muero XQ no muero. 

Esta intervención teatral presentada en el Complejo Cultural Los Pinos, en la que una actriz actúa acompañada de una violonchelista, nació hace ocho años como parte de una serie de presentaciones en el Museo Nacional de Arte. Es el resultado de las evocaciones que produjo en la también poeta y bailarina un cuadro del siglo XVIII en el que aparecen Nuestra Señora del Carmen con santa Teresa y san Juan.

“Esta frase que retomo de la obra de santa Teresa (‘Vivo sin vivir en mí/ y tan alta vida espero/ que muero porque no muero’) es, desde luego, una metáfora. Porque nadie quiere morir. Yo la retomo para hacerla performática y denunciar cómo es posible que muchas mujeres estén muriendo en vida o muriendo literalmente. ¿Por qué tantas son maltratadas, humilladas, secuestradas, torturadas, violadas, asesinadas?”.

Aunque Domenzain aclaró que con Q muero XQ no muero pretende denunciar todo tipo de violencia y abuso de poder, ya sea contra hombres o contra mujeres, expuso que es importante reflexionar, en un momento como este, que “tan sólo hace 100 años un grupo de diez mujeres artistas” no hubieran podido presentarse actuando y tocando en un recinto público y cultural como el Salón Venustiano Carranza de Los Pinos. 

Enseguida, recordó que en México fue apenas durante 1947 cuando las mujeres tuvieron voz y voto como ciudadanas. “Un día como el 8 de marzo conmemoramos el derramamiento de sangre de tantas mujeres que lucharon para que hoy todas tengamos más libertades y derechos. Pero no olvidemos que los seres humanos somos una sola alma, un solo espíritu, una esencia que no tiene sexo, partido o color de piel”. 

Esa es la razón por la que, dijo, en su performance mantiene música de Bach, a pesar de que le han pedido a veces que sea musicalizado por la obra de una compositora. “No se trata de polarizar. No veo razones para el maniqueísmo: no hombres y mujeres, no raza blanca y raza negra, somos una sola raza: la humanidad. Debemos recuperar la esencia humana. Además, amo a Bach”, concluyó.

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