Santiago Reyes Quezada, mejor conocido como el “Capitán Fantasma”, fue un ladrón que se hizo famoso por su habilidad para escapar de las múltiples prisiones en las que estuvo preso, incluyendo el ahora extinto penal Topo Chico en Monterrey, Nuevo León. 

Sus hazañas trascendieron a su vida delictiva y se convirtió en una figura icónica en la cultura criminal mexicana del siglo XX, inspirando incluso un corrido y una película. 

Reyes Quezada nació en Los Ángeles, California, en 1923, pero creció en Tampico, México. Ahí cometió su primer robo a la edad de ocho años y con tan solo 16 años evadió a la justicia en el Tribunal de Menores, donde fue procesado por el robo de accesorios de automóviles.

Su verdadera fama llegó con el paso de los años, pues entre 1935 y 1982 logró escapar de todas las prisiones en las que estuvo preso en Monterrey, Ciudad Victoria, Tampico, Ciudad de México, Tijuana, León, Torreón, entre otras, escondido en muebles, sobornando a guardias, disfrazado, fingiendo enfermedades o limando barrotes.

Así, a pesar de estar sentenciado en al menos 12 estados del país, Santiago Reyes Quezada llegó a Nuevo León en 1959 y en solo dos meses realizó el robo de cuatro negocios y el asesinato de un chofer de sitio, de acuerdo con la edición 55 de la revista Atisbo, una mirada a la historia. 

Después de décadas de persecución, fue finalmente capturado en Puebla tras robar la casa del ex gobernador Aarón Merino Fernández. En 1981 intentó fugarse sin éxito de la Cárcel de San Juan de Dios, después fue trasladado a la Penitenciaría del Estado, donde falleció años más tarde.

¿Por qué le apodaron Capitán Fantasma?

Santiago Reyes Quezada recibió su apodo porque se disfrazaba de militar para robar negocios y casas de personajes importantes de la época, y por su habilidad para fugarse de las prisiones. 

Escape del penal Topo Chico

Fue a pleno mediodía cuando Reyes Quezada saqueó la Mueblería Garza, ubicada en las calles Zaragoza y Morelos, en el centro de Monterrey, y sustrajo 40 mil pesos en joyería y efectivo. 

Días antes del atraco se hizo pasar por un cliente para analizar los puntos débiles de seguridad en la tienda, y así, cuando los empleados estaban en la hora de comida, el “Capitán Fantasma” entró por la ventana que conectaba con un pasillo estrecho que daba a la calle Zaragoza. 

Luego de varios días de indagatorias y un homicidio conectado con este hecho, el viernes 30 de octubre de 1959 fue aprehendido.

El 4 de noviembre de 1959, Santiago Reyes Quezada ingresó al Penal del Topo Chico con una sentencia de muerte por los delitos de homicidio en primer grado y robo. 

A pesar de que su escape del Topo Chico parecía casi imposible por el moderno sistema de alarma y cables de alta tensión, además en la torre principal en donde los guardias estaban apostados con binoculares y ametralladoras, una mañana del miércoles 29 de agosto de 1962 Reyes Quezada logró su sexto escape. 

El “Capitán Fantasma” huyó escondido en una mesa para bar que construyó por encargo de la señora Romanita G. de Roda, aprovechando la falta de revisión y el bullicio propio del mediodía dentro del penal. 

El camión en el que viajaba tuvo un desperfecto en el trayecto a su destino, cerca de la carretera a Saltillo, y cuando el ladrón salió de su escondite se topó con el conductor, a quien obligó, a punta de pistola, a llevarlo a inmediaciones del Río Santa Catarina donde huyó rumbo a la sierra. Esa fue la sexta vez que escapó de la justicia, pero no la última. 

Inspiró un corrido y una película

El Capitán Fantasma fue tan popular en su época que cuenta con un corrido, interpretado por Carlos y José, así como una película que narra sus escapes de cárceles mexicanas “Las siete fugas del Capitán Fantasma”.

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