El Instituto Cervantes de la megalópolis oriental china de Shanghái presentó hoy la tercera edición del ‘Catálogo de literatura en español traducida al chino’, una guía que aglutina unas 2,000 obras de autores de España y Latinoamérica que se han publicado en mandarín en el país asiático.

Con casi 250 páginas que se podrán descargar desde la página web de la institución de forma gratuita, el catálogo busca «establecer una cartografía de autores, traductores y editoriales que sirva de herramienta para entender qué se lee en China hoy».

La autora de la publicación, Lucila Carzoglio, califica la traducción como un «acto de metamorfosis, pero también de hospitalidad», al considerar que «traducir implica una escucha radical, una presencia modulada. Es arrojarse y alojar».

Entre los hallazgos de la guía, cuya actualización comenzó a fraguarse hace unos dos años y medio y que cuenta con novedades hasta agosto de 2025, destaca que el escritor más traducido y citado en el gigante asiático es Jorge Luis Borges.

El año que viene se conmemorará el 40º aniversario del fallecimiento del literato argentino y están previstas varias reediciones de sus obras en China.

De cerca, le sigue el colombiano Gabriel García Márquez, ejemplificando, junto a Borges, el impacto que supuso en la China de los años 80 lo que el Cervantes denomina el «‘boom’ latinoamericano».

Otros autores importantes en el catálogo son el chileno Roberto Bolaño, que tiene prácticamente toda su obra traducida al mandarín, y el peruano Mario Vargas Llosa, con ediciones cuyas tiradas se contaban por decenas de miles de ejemplares.

Además, la guía refleja cómo, en los años 50 y 60, autores afines al contexto político en China como Federico García Lorca, Rafael Alberti, Mariano Azuela, Pablo Neruda, César Vallejo o Miguel Ángel Asturias empezaron a circular en versiones locales.

También habla de las primeras traducciones de clásicos como ‘Don Quijote’, que se convirtió en un éxito de ventas tras su adaptación en 1922 a partir de una traducción indirecta desde el inglés, o ‘El cantar del mío Cid’, a principios de los ochenta, cuando también se reeditó ‘El lazarillo de Tormes’. 

EFE

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