En la primavera de 2007, la asociación francesa El Arca de Zoé se propuso “salvar” a huérfanos africanos. Lo que empezó como una buena acción, terminó empañada por los métodos que utilizaron para su objetivo. Inspirado en este hecho, el director Joachim Lafosse (Uccle, Bélgica, 1975) realizó Los caballeros blancos —película con la que consiguió la Concha de Plata a la mejor dirección en la última edición del Festival de San Sebastián—, en la que reflexiona sobre los propósitos caritativos de las personas: “El infierno está lleno de buenas intenciones”, dice Lafosse, quien reconoce que es un tema que siempre está presente en su filmografía.

Y estas buenas intenciones las tiene Jacques Arnault (interpretado por Vincent Lindon), el presidente de la ONG Sud Secours, que  planea una operación para sacar de Chad a 300 huérfanos víctimas de la guerra civil. Su meta es trasladarlos a Francia, donde los esperan familias de acogida. “Pocas veces vas a encontrar a una persona que te diga que va a hacer el mal”, afirma el realizador en una entrevista telefónica, por lo que le interesa más reflexionar acerca de lo bueno.

Sin tomar partido, el director belga relata los obstáculos que tienen que sortear los miembros de la asociación y lo que están dispuestos a hacer para cumplir con su misión. “Es una película que obliga al espectador a ser subjetivo. Él es el que debe decidir, no le quiero evitar que tome una decisión”, asegura. Aunque la obra está basada en hechos reales, aclara que todo en los personajes es “ficción”, pues él nunca los conoció.

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En la película, que se estrena este viernes en España, dirige una crítica hacia la forma “emotiva” en la que se resuelven algunos problemas políticos. “Creo que cuanto más pasa el tiempo, los problemas que deberían ser respondidos de Gobierno a Gobierno se dejan en manos de la iniciativa privada. Estamos contestando a un problema económico-político a través de las emociones”, señala. “En Francia, son las ONG las que cada vez más se hacen cargo de resolver cosas que realmente deberían ser resueltas desde un nivel político”. En el filme, la periodista Françoise Dubois (a la que da vida Valérie Donzelli) presenta de alguna forma este dilema, al terminar involucrándose sentimentalmente con la situación.

Laffose, ganador del Premio Luna de Valencia Especial en 2014, confiesa que ni él mismo sabe si el rescate de los pequeños que intenta el protagonista es la mejor solución: “Yo no sé si estos niños podrían crecer en Francia, en Europa en general, con semejante mentira”, hacerles creer que son huérfanos para alejarlos del conflicto.

A la pregunta de si cree que con la reciente ola de ataques terroristas que han sufrido en Europa hay personas que necesitan ser rescatadas de sus países responde: “Es muy sencillo, lo que no puedes hacer es salvar a la gente a pesar suyo”. Y deja entrever su postura: “A los miembros del Arca de Zoé nadie les pidió ayuda, ellos se adelantaron a la petición, simplemente para conseguir su propio bien”.

Fuente El País

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