Fernando Hernández Guerrero es un acucioso investigador y difusor de la vida  y  obra de Agustín Lara, uno de los más grandes compositores del planeta, reconocido en los escenarios internacionales por su canción Granada y por temas inmortales como Mujer, Piensa en mí, Solamente una vez o Farolito. Además de su labor cultural sobre el músico poeta, Hernández Guerrero ha sido funcionario de la Universidad Veracruzana y del gobierno del estado, ejerciendo cargos relacionados con la supervisión, la auditoría y la contraloría. Su interés y estudio de la obra musical de El Flaco de Oro, inculcada por su señora madre, le ha merecido no pocos reconocimientos como promotor cultural, y gracias a su valioso acervo especializado, en alguna ocasión llegó a ser curador del Museo Agustín Lara de la ciudad de Tlacotalpan.

Eres uno de los más consistentes investigadores veracruzanos de la obra de Agustín Lara. ¿Cómo y cuándo decidiste iniciar esta enorme tarea larista?

Yo llegué a Xalapa en 1980 por motivos laborales. En 1983  falleció mi padre y mi madre se quedo sola en la ciudad de México. Como todos los fines de año, en la Navidad fuimos a visitarla. Lucía delgada y visiblemente acabada por la soledad que vivía. Para aliviar un poco esa triste circunstancia, decidí regalarle una radiograbadora portátil, le grabe sus discos y le enseñé a manejar el aparato.

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Fue tan de su agrado, que al despedirnos a principios de enero, me dijo “Si vas a grabar más discos, que sean los del flaco”, y acto seguido me dio sus discos de 78 rpm. Llegando a casa, me puse a grabarlos en un aparato Technics que había adquirido y le hice tres casetes con 3 horas de duración. Se los regalé el siguiente 10 de mayo. Le gustaron tanto, que a partir de ese momento me dediqué a buscar discos del músico-poeta.

Al principio fue muy sencillo, pues si ya no se vendían discos de pasta, había de acetato. Fui a la tienda y compré todos los discos LP de Agustín Lara, los grabé en casetes y esa Navidad los lleve a la ciudad de México. Mi madre estaba feliz con ese pequeño detalle.

Yo era y soy amante del rock mexicano, y en ese tiempo no conocía la obra de Lara. Me puse a estudiar en mis pocos ratos libres, y me di cuenta que su obra no sólo la había grabado él mismo, sino que también otros grandes intérpretes como Pedro Vargas o Imelda Miller.

Empecé a comprar libros, revistas musicales, cancioneros y discos. En esos años, mis fines de semana los dividía con mis hijos, mi esposa y el estudio sobre Agustín Lara. Labor que duro aproximadamente 5 años con esta incesante búsqueda de datos, al tiempo que hacía las visitas a mamá en la capital del país, aunque ya en 1990, fue cuando tuve la oportunidad de traerla conmigo a Xalapa. 

¿Qué satisfacciones te ha dado la investigación sobre este gran compositor mexicano?

Satisfacciones son muchas, entre ellas la medalla conmemorativa del museo Agustín Lara en Veracruz. Haciendo comentarios sobre el músico-poeta, pude participar en la celebración del aniversario luctuoso de Pedro Infante en la ciudad de México, y lo he hecho en Veracruz en el Día Internacional de los Museos. He tenido la satisfacción de haber sido curador de su Museo de Tlacotalpan y de realizar distintos eventos durante la semana de Agustín Lara, que en esta entidad se celebra cada año entre el 30 de septiembre (nacimiento) y el 6 de noviembre (fallecimiento).

A la fecha tengo publicados cinco tomos que tratan sobre sus inicios musicales y un libro publicado hace como 8 años sobre la obra de Agustín Lara en la cinematografía mundial. Como proyecto, quiero cerrar el homenaje que estoy realizando, integrando el número de composiciones por género musical y por fecha de composición.

Mi trabajo ha sido continuo desde 1983, llevándome por caminos que no conocía, como fue la radio, primero, con participaciones de menos de 10 minutos en el programa “Hasta que el cuerpo aguante”, que transmitía Estereo Mendel, para luego tener un programa en Radio Universidad Veracruzana.

En radio me han transmitido desde Los Ángeles, California y desde la ciudad de Pereira, Colombia, donde tuve a cargo una sección en el programa conducido por Juan Carlos Álvarez Echeverri. 

¿Has tratado con familiares de Lara en estos años?  

Tuve amistad con la señora Yolanda Santacruz Gasca, (Yiyi, ya fallecida) y con la señora Vianey Larraga, ambas exesposas del compositor. En especial recuerdo que Yiyi me platicó el motivo de su separación con el músico y poeta, aspecto que quisiera reservarme, pues me lo confió confidencialmente. A Yiyi le dedicó Tus ojosA poco no y Por qué me la quitas. 

Creo que mis participaciones radiofónicas llamaron la atención de estas musas de Lara, y gracias a ello, o como reconocimiento, doña Yolanda me invito a platicar con Jorge Saldaña y Jaime Almeida, dentro del Festival Agustín Lara 2013.  

Y el 7 de junio de 2015 vino a esta ciudad la señora Vianey Larraga a entregarme la Medalla Agustín Lara de la Asociación Civil.

¿Cómo surgió el amor de Agustín Lara por Tlacotalpan y Veracruz, sabiéndose que nació en la ciudad de México?

En su libro “Agustín Lara y yo”, Angelina Bruscheta dice que la primera gira nacional del músico y poeta la realizó en Xalapa y en el puerto de Veracruz.

La señora cuenta que en el programa de la gira, el nombre del compositor estaba con letras muy pequeñas, después del de la cantante Maruca Pérez. Pero fue tan grande el aplauso obtenido, que “las jerarquías quedaron niveladas”.  La apoteosis llegó cuando actuaron en el puerto. En su libro cita la efusiva manera en que fue recibido, así como el juramento que hizo Lara sobre componer una canción a esta ciudad.

Lara visitó Tlacotalpan, y en el Río de las Mariposas su vida corrió peligro, y cuando estuvo a salvo sólo dijo “volví a nacer”. En el libro Agustín, reencuentro con lo sentimental, José Galindo dijo que Agustín Lara no fue veracruzano, pero que tuvo muchos amigos de la región.

¿Qué puedes contarnos sobre las primeras composiciones del maestro?

En una entrevista de radio, Paco “Píldora”, el fallecido cronista de la ciudad de Veracruz, dijo que Agustín siempre quiso ser jarocho, pero que no era de ahí. Recordó una anécdota estando frente al bar Regis, dónde le dijo “recuerdas cuándo nos quedamos a dormir en las bancas”. Aquí lo importante lo declaró Paco, en el instante en que compartió a los oyentes que Lara tocaba muy bonito la guitarra. Por cierto, de aquellos primeros años es el tema La espina o Pervertida, que interpretaron Lara y Novelo.

Paco aseguró que Lara tocó primero la guitarra, y que Rodolfo Rangel “El Garbanzo”, le enseñó a tocar el piano. Una vez en mi programa de radio, el señor Octavio Gutiérrez interpretó Cabellera roja y ahí comentó que esta pieza de Lara se la enseñó un sobrino de Ricardo Palmerín.

Así, poco a poco he encontrado infinidad de sus primeras canciones, por ejemplo Si alguna vez, que a decir de José Galindo fue su primera composición, y que la hizo en coautoría con Rodolfo Rangel; también he encontrado la letra de tres tangos, y  que al explicarle a mi amigo Jesús González, este grabó De vuelta, con arreglos del maestro Richard Siwi (de la Sinfónica de Xalapa), cantada por José Manuel Carreón. Entre los dos, fue un tango que musicalizó y cantó Adán Huerta. Poco a poco, fue un tercer tango que grabó Marco López.

¿Qué otras fuentes de consulta tienes?

Mis fuentes de consulta son variadas, incluso he leído revistas de historietas de los cincuentas y sesentas, como La vida deslumbrante de María Félix y  La vida de Agustín Lara, también varios cancioneros de los años treinta, y dos libros sobre Lara muy importantes, publicados por Daniel Castañeda en 1939 y 1940.

También he revisado un conjunto de biografías, entre ellas Agustín, reencuentro con lo sentimental, Agustín Lara y yo, Agustín Lara, Enrique Santos Discepolo y yo, El flaco de oro, Un poco de lo nuestro, Mi novia la tristeza, y para apoyar mis investigaciones, también he realizado mi propio análisis de las letras de sus canciones.

¿Cómo podrías definir a Lara con 4 palabras?

Con cuatro palabras es complicado definir la personalidad de un artista tan completo como él, pero rápidamente puedo decir que es un “Excelente músico poeta popular”.  Sin embargo, conociendo su obra y datos precisos de su vida, puedo afirmar que el maestro Agustín Lara vive y vivirá por siempre en el imaginario colectivo mundial.

¿Has encontrado información poco conocida sobre él o su obra?

En la primera etapa de Agustín Lara podemos visualizar a un joven compositor enamorado de una prostituta, con quien se casó y tuvo un hijo. José Galindo dice en el libro Agustín reencuentro con lo sentimental, que junto con Rodolfo Rangel la primera composición que realizó es Si alguna vez. Es una composición llena de desamor, pero a mí me parece, que para que exista este sentimiento, primero debió haber habido amor, pero siguiendo esta idea, creo que una de las primeras piezas fue” Poco a poquito”. 

Respecto a su vida sentimental, el flaco de oro fue muy reservado, hasta podría decir que enigmático, como estrategia para conseguir el gusto popular. Llegué a esta conclusión después de analizar y revisar los testimonios escritos en sus composiciones y en sus biografías realizadas por el músico Daniel Castañeda, su tía “Maquencita” o Refugio, qué fue como su segunda madre, y era directora en el hospicio de Coyoacán,  adonde llegó niño y salió siendo joven, para trabajar en casas de prostitución. La tía también fue la persona que enteró a Angelina Bruscheta del primer matrimonio que tuvo con la señora Esther Rivas Elorriaga.

¿Cuál fue el primer éxito de Agustín Lara?

El primer éxito fue su canción Imposible. Como dice el propio músico y poeta, no fue su primera composición, fue su primer éxito, porque el público conoció este tema que estaba inspirado en una composición titulada Nunca, que poco antes hizo éxito nacional Guty Cárdenas.

A partir de este éxito le siguieron muchísimas canciones, entre las más populares están Mujer, Rosa, Amor de mis amores, Farolito, Solamente una vez, y como parte de la Suite Española, Granada y el chotis Madrid.

¿Compártenos una anécdota de Agustín Lara en Veracruz?

Agustín Lara tuvo anécdotas en sus viajes o estancias en ciudades veracruzanas, desde luego, la más importante es la canción Veracruz, que es el himno que le dejó a un estado que quiso mucho. Existen algunas narraciones de este hecho, donde él platica que después de noches y días sin ninguna huella, llegó al Hotel Diligencias, y con un amigo poeta, se dirigieron a la recepción y platicaron con el dueño, para explicarle su precario estado económico, y generosamente, el propietario les asignó una habitación para que pudieran descansar. Ahí se inspiró en una luna que parecía ser la “boca del cielo”, y así fue cómo escribió “yo nací con la luna de plata, y nací con alma de pirata”.

Al día siguiente su fiesta siguió e interpretó su composición en el bar del hotel.

También hay que recordar que el cronista porteño Paco “Píldora” dijo que no era veracruzano, pero que él quería ser del grupo veracruzano, y lo puso como testigo de sus mentiras. Frente al bar Regis existen unas bancas donde según él, Lara descansaba. El cronista también contó que en ese bar tocaba “El garbanzo”.

¿Qué canciones dedicó Lara a mujeres en especial?

El mismo Agustín Lara decía que su obra no la dedicó a ninguna persona en especial, aunque todos sabemos lo contrario (Acuérdate de Acapulco, María bonita…). En cierta ocasión, Lara llegó a afirmar que la mujer es universal, es decir no tenía, no tiene nombre, ni lugar de nacimiento.

¿Consideras que los veracruzanos han reconocido adecuadamente el legado de Agustín Lara, si tomamos como ejemplo el disco homenaje de la cantautora coatepecana Natalia Lafourcade?

Natalia vino a recordarnos a los mexicanos la grandeza de Agustín Lara y la belleza y valor musical de su obra. En vida, a Lara se le rindieron diferentes atenciones y homenajes, pero el tiempo o la historia han sido muy ingratos con él, pues actualmente poco se conoce de su legado y menos sobre la vida del compositor popular más grande que ha existido en idioma español.  

¿Ha tenido Agustín Lara los reconocimientos internacionales que merece su obra?

Bueno, en la ciudad de Granada fue nombrado hijo adoptivo, y el gobierno de Francisco Franco le regaló una casa al pie de la Sierra Nevada.

En esa ciudad y en Madrid existen monumentos que le recuerdan, y muchas ciudades conservan el nombre de Agustín Lara en sus calles. Fueron tan relevantes las distinciones recibidas por el compositor en su época, que sus detractores lo llegaron a tachar hasta de malinchista, sin considerar que hizo mucho más canciones de corte mexicano, que para España o cualquier otro país.

Pero hay algo que debe analizarse y es de enorme relevancia. Primero, el hecho de que en infinidad de conciertos de música culta y popular en todo el mundo, se canta la canción Granada, compuesta por él en 1932. Y en segundo término, que la interpretación de esta composición, constituye un requisito para obtener el reconocimiento de tenor en La Scala de Milán, el célebre Teatro de Ópera de esa cosmopolita ciudad italiana. Y en tercer lugar, no olvidemos que sus canciones famosas están en el repertorio de cientos de intérpretes y aparecen en decenas de grabaciones que se escuchan por millones en los cinco continentes. Esa es la herencia cultural y musical de Agustín Lara para las próximas generaciones

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