Las infancias masacradas diariamente por la guerra en Gaza son un reflejo de la falta de memoria histórica de la humanidad, dijo este martes el poeta español Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, durante una conversación en conmemoración por los 85 años de la llegada de los exiliados republicanos a México.
Al reflexionar sobre la evolución de la literatura sobre el exilio, García Montero criticó que “el mundo occidental” no ha aprendido de sus errores a lo largo de la historia, y propuso “acudir a la cultura para buscar las raíces que una y otra vez intentan corroer los partidarios de que no haya un concepto de comunidad”.
“Quien le falta al respeto a un niño, le está faltando al respeto al mundo y llevamos ya muchos muertos infantiles en Gaza”, señaló el director del Instituto Cervantes, en el encuentro organizado por el Ateneo Español en México, una asociación para la preservación y difusión de la memoria histórica del exilio español en el país norteamericano.
En ese sentido, el poeta y ensayista de 65 años recordó las palabras del escritor Francisco Ayala, “escritas en la revista Realidad: Si queremos que los valores de la democracia occidental sean respetados, tenemos que empezar por hacerlos respetables”.
“Cada vez que veo, con el apoyo de los Estados Unidos, día a día, proyectada en televisión la matanza que se está haciendo sobre Palestina, (me pregunto) ¿cómo vamos a ser respetables?, ¿con qué armas vamos ahora a luchar contra el fundamentalismo islámico, contra la dictadura china o cualquier deriva de la extrema derecha?”, cuestionó el poeta.
García Montero destacó la evolución de la literatura del exilio a lo largo de cuatro grandes etapas, comenzando en 1939, cuando la dictadura franquista forzó a los ciudadanos a abandonar su país, lo que provocó el deseo de dejar testimonio.
Luego, recordó el poeta, los intelectuales exiliados quisieron “mantener en el exterior el sueño republicano y el compromiso de la España democrática”, lo que eventualmente se convirtió en “una conciencia histórica”.
“El tiempo pasaba y lo tuvieron que aceptar”, relató, “eso supuso que muchos republicanos, por ejemplo en México, se sintiesen cada vez más cercanos a la identidad mexicana, sin que por eso perdiesen su nostalgia de España”.
“(El escritor) José Gaos supo acuñar el concepto de “empatriado” para hablar de una simpatía entre patrias y decir bueno, mantenemos la identidad española, pero sería una mentira, negarnos a formar parte de los retos, los sueños, las contradicciones, las apuestas de la sociedad mexicana”, explicó García Montero.
Finalmente, apuntó, “el exilio acaba suponiendo una reflexión sobre la condición humana”, de la experiencia del “destierro” y de “convivir con el vacío”.
“Ahora mucho más en esta dinámica de las realidades virtuales y del tiempo convertido en instantes de usar y tirar”, consideró.
El éxodo de exiliados españoles hacia México comenzó con la llegada del barco Sinaia a Veracruz el 13 de junio de 1939, seguido por los buques Libertad, Nyassa, Ipanema y Mexique. EFE