Al borde del llanto, el actor recibió la Cruz de Plata, máxima distinción del certamen fílmico, y la Medalla de Plata que otorga la Filmoteca de la UNAM a la trayectoria profesional

“¡Bravo, Damián!”, se dejaba escuchar de entre los aplausos, una y otra vez, mientras el actor entraba de la mano de su esposa al Teatro Juárez y acompañado por Sarah Hoch, directora del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF).

De camino a la primera línea de butacas, Alcázar se detenía en cada fila para saludar a los que le aplaudían. Varias veces se abrazó del público y se tomó cada una de las fotografías con la sonrisa de oreja a oreja. También mandaba besos a la gente de todos los palcos.

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Las luces se apagaron y los actores ganadores del Ariel, Verónica Langer y Tenoch Huerta, salieron al escenario para conducir el homenaje del que el multipremiado actor fue objeto la noche de este viernes.

“Es un honor estar esta noche para reconocer a este actor que ha sido referente para muchos en este país, para muchas generaciones que lo vemos, que lo admiramos y nos inspiramos. Es un referente para que queramos lograr lo que él ha lograd como actor, como creador y como persona. Este gran ser humano que es Damián Alcázar, un referente de la cinematografía nacional con una infinidad de personajes que han quedado grabados en nuestra memoria”, dijo Tenoch Huerta para presentar una semblanza de la prolífica vida actoral del nacido en 1953.

El video evocó los diversos rostros que Alcázar encarnó a lo largo de su trayectoria, desde su debut en el cine con “La ciudad al desnudo”, hasta las cintas más emblemáticas de su trayectoria, como “La ley de Herodes”, “El infierno” y “La dictadura perfecta”.

Acto seguido, Alcázar fue invitado a subir al escenario para recibir, primero, la Cruz de Plata, máxima distinción que otorga del certamen, de manos de su directora; después, la Medalla de Plata de parte de la Filmoteca de la UNAM, en reconocimiento a su trayectoria histriónica.

El momento fue emotivo. Tanto Sarah Hoch como Damián Alcázar no pudieron evitar dejar escapar algunas lágrimas.

El homenajeado caminó al estrado para agradecer la distinción. Su voz se quebró cuando dedicó ambos galardones a su hijo.

“Pensé que no me iba a emocionar. Fue maravilloso lo que vi: todo este trayecto que tiene que ver con mis compañeros y con mi gente. Todos los personajes son evidentemente el reflejo del mexicano, del latino. Tenemos la posibilidad de tener un mejor país de ahora en adelante. Trabajemos juntos. Ha sido una larga lucha de muchas personas y ya lo conseguimos. Vamos a apoyarles”, dijo como parte de su discurso.

Sarah Hoch también tomó la palabra, notablemente conmovida, antes de entregarle la Cruz de Plata.

“Damián, conoces la Cruz de Plata. La hemos entregado juntos en algunas ocasiones, pero esta noche la entregamos con particular afecto. Estamos llorando desde hace ratito. Eres una gran inspiración. Hay muchos jóvenes en el cine, muchos actores y directores por ti, porque nos inspiras todos los días y te queremos”, se sinceró.

Así, Damián Alcázar recibió ambas distinciones y posó para las decenas de fotógrafos que esperaban por ese momento al pie de las escalinatas. Poco después, volvió a tomar el micrófono para hacer una invitación:

“Tenemos que conseguir salas de cine para ver películas de calidad de todo el mundo y cine mexicano, que es maravilloso”, concluyó.

Como parte del homenaje, se proyectó la cinta “Satanás, perfil de un asesino”, de 2007, por la cual Damián fue premiado como mejor actor en el Festival Internacional de Cine de Mónaco.

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