La luchadora marxista rusa Alexándra Kolontái (1872-1952), la cantante, compositora y dramaturga mexicana Concha Michel (1899-1990), la actriz y cantante alemana Marlene Dietrich (1901-1992) y la dramaturga y guionista de cine estadunidense Lillian Hellman (1905-1984) son las cuatro pioneras en defender los derechos y las libertades femeninas que inspiran el libro Mujeres en las tormentas, del ecuatoriano Galo Mora Witt (1957).

El escritor, compositor, antropólogo y político evoca y entrelaza las vidas de estas luchadoras “ambiciosas y extraordinarias”, que en el siglo XX “desafiaron las expectativas que la sociedad tenía de ellas, se vincularon con el socialismo desde el feminismo y sentaron las bases de autonomía y empoderamiento por las que se sigue luchando”, afirma en entrevista.

Se caracterizaron por su activismo político y su rebeldía y, a su manera, cuestionaron y quebrantaron la concepción de lo ‘debe’ ser una mujer”, comenta quien trabajó durante varios años este ensayo que publica por primera vez en el Fondo de Cultura Económica.

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En 1982 escuché hablar por primera vez de Concha Michel. Me impactó que tuviera la valentía de narrar la historia que observaba de México y la personal a través de los corridos que cantaba. Es decir, era una trovadora provenzal del siglo XIII viviendo el XX. Así nació mi interés en el tema”, explica.

El narrador que hace diez meses se estableció en México, “me quedaré un tiempo”, dice que detrás de este volumen de 248 páginas, perteneciente a la colección Popular del sello estatal, “hay muchas lecturas, viajes a las ciudades donde nacieron las protagonistas para tratar de comprender su entorno, diversos apuntes, búsquedas, silencios, adormecimientos, prácticas políticas y correcciones de los textos”.

Destaca que la lucha de estas cuatro creadoras “no sólo fue por encontrar la habitación propia de la que hablaba Virginia Woolf o por un feminismo particular, sino por una lucha colectiva. Esto es vital porque sin el trabajo en común no cambiaremos la sociedad”.

Quien fue ministro de Cultura de Ecuador en 2008, secretario personal del presidente Rafael Correa y embajador ante la Unesco agrega que “la columna vertebral de esto es la dignidad. No son mujeres atormentadas, sino que vivieron en las tormentas. Su lucha fundamental fue que su libertad no fuera apocada por los gobiernos. Aunque, claro está, este libro está plagado de la traición. Ésta no termina, no empezó con Judas ni terminará mañana”.

Añade que una de las características que comparten las cuatro féminas cuyo legado revisó fue “su transgresión sobre la moralina, no sobre la ética. Todas, excepto Hellman, tuvieron hijos y maridos que dejaron para seguir su vocación y su lucha. Fueron pioneras en ejercer la libertad sexual, tuvieron muchas relaciones amorosas, nada las detuvo, fueron capaces de decidir a quién amar y por qué.

Cuando se habla hoy de ser dueño de su cuerpo, existe aún una diferencia misógina brutal. Se le dice hombre público al político, pero una mujer pública es una puta. Eso hay que observarlo en la profundidad de lo que significa”, advierte.

El autor de Un pájaro redondo para jugar y Revolucionarias del siglo XX subraya que las escogió porque Kolontái fue la primera mujer en la historia en ocupar un puesto en el gobierno de una nación, en el gabinete de Lenin; y Michel estudió la cultura de las comunidades indígenas, recorrió el país y fue una de las pocas féminas que se desenvolvió en el género del corrido, “protestó cantando”.

Por su parte, Dietrich, uno de los mitos del cine, es considerada, indica, una de las pioneras de la libertad sexual y rechazó convertirse en la imagen del nazismo; y Hellman, egresada de las universidades de Columbia y Nueva York, fue una comprometida con las causas de izquierda y se negó a testificar ante el Comité de Actividades Antiamericanas en 1952, sospechosa de comunismo.

Para unas, la columna vertebral fue el canto y la actuación, para otras la política; pero todas tenían muy claro que debían luchar por la igualdad. Su vida fue una cancha abierta para luchar por transformaciones colectivas”, concluye.

Mora Witt, quien prepara un libro que reúne a protagonistas hombres con particularidades, “como Pier Paolo Pasolini, que sufrió por su condición homosexual”, señala que con la marcha que hoy realizarán las mexicanas y el paro nacional de mañana, “México rompe otra vez y se pone a la vanguardia de América Latina en el camino hacia ‘el país de las damas’”.

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